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Channel: raquelicayni

Deambulando en la espera, con sus reflexiones

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Puede ser que más o menos dentro de una década y media podré contarte por qué estaba en Colombia, por qué llegaste aquí. Muchas han sido las mujeres que han servido para guiar mi camino. Algunas de ellas son eruditas y sus pensamientos han supuesto un antes y un después en mis convicciones, otras tantas ni siquiera saben que son referentes para mí sólo por el hecho de no tener otro remedio en la vida que ser fuertes. Ahora tú serás una más de todas ellas.


Vas a llegar a un mundo un poco loco, en el que hay cosas que avanzan pero otras que parece que nunca cambien. No te voy a engañar, aquí nada es igual para todo el mundo. Si nada tienes, te cuesta todo mucho más y probablemente siempre tendrás poco, a no ser que nazcas con estrella y además te esfuerces mucho. Si todo lo tienes, quizá la cosa sea fácil pero no faltarán los retos. Aunque no importa el contexto, todo te va a costar un poquito más a ti fuera de casa. Te van a pedir más por no ser hombre, vas a tener que demostrar muchas cosas. Cada mes tu cuerpo te hará saber quién eres y habrá quien dé por ciertas cosas que no lo son.


No podremos estar siempre contigo, ni mucho menos pretendo que lo estemos, pero trataré de mostrarte lo bello y lo duro de este mundo para que las decisiones que tomes y las situaciones que vivas sean algo más llevaderas. Tendrás que decidir tantas cosas… y me gustaría que fuera en un mundo donde cada persona sea eso, una persona, pero no es así. Serás catalogada por tu nacionalidad o nacionalidades, tu sexo, tu supuesto estatus, y tantas otras cosas. Sólo te pido que no dejes que eso te ponga límites. Tus límites sólo los creas tú misma.


Quizá el hecho de viajar ayude, o al menos eso espero. Lo que está claro es que no vienes a este mundo a ser sólo de un sitio, sino de todo él con su riqueza. Hemos de encargarnos de ello. Sé que será complicado cuando alguien te pregunte no poder responderle que eres de aquí o de allá, sino que tus influencias vienen de varios lados y que ello te hace como eres, pero precisamente tu respuesta reflejará que nada es blanco o negro, ni viene previamente etiquetado, sino que se va construyendo, como la historia misma.


También quisiera contarte que a pesar de la inmensa belleza de este mundo, que es increíble, también habrá altos y bajos. Momentos en los que no tengas nada claro y otros de total lucidez. Y es en las situaciones grises en las que la claridad de mente por no conocer un sólo contexto te puede ayudar. Quédate con lo que más te guste de cada lado, compáralo y decide. Y recuerda siempre que tu mente es un infinito mundo de posibilidades. No es ciencias o letras, no es débil o fuerte, no es tímida o abierta. Lo es todo al mismo tiempo y sólo tú sabrás qué parte es en la que quieres profundizar más.

Reflexionemos juntas, en medio de esta espera. Y después sigamos deambulando.





Lo que estoy viendo ahora

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Hoy ya son las 17:35 del día 54 tras la llegada de ella. Las conexiones mentales cambian, los miedos cambian. Una amiga me dijo una vez que fue a partir del nacimiento de su hija que le empezó a dar pánico montar en avión, por si algo le pasaba, para que la niña no se quedara sola. Por mi parte, trato de luchar contra mis fantasmas internos pero es complicado con alguien que depende de una.


Hace como tres semanas estaba en urgencias de una clínica. Simplemente el postparto se complicó por una infección unida a uno de esos virus ambientales. Allí tuve un tiempo obligado para “recopilar” cómo inició mi embarazo y cómo me encuentro a día de hoy, con la vida cambiada entre viaje y viaje. Sólo tengo un corto periodo para reflexionar, luego volveré a mi rutina de moverme de acá para allá, con otro matiz pero retomando las cosas de siempre. Por eso es en este momento que resumo lo que mucha gente vive pero que cada persona sentimos de una manera.


-        Antes: No poder te deja mentalmente agotada, así como el hecho de deber decidir el mejor momento en una vida inestable en muchos sentidos. Ya decidido, por fin, no es como parece. En mi caso tratamientos, engordar, mal humor una vez cada 28 días durante meses y meses, no preocuparme más que por esto, a veces desesperación, a veces esperanza. Y un entorno cercano nada comprensivo en algunos momentos (no olvidaré la frase de una jefa del trabajo que no llegué a denunciar: ¡Ni se te ocurra embarazarte!). Pruebas, lentitud, paciencia, mucha paciencia.


-        Los primeros tres meses: Ya por fin el positivo y llegan los altibajos de los que te hacen creer que estás un poco loca. También los temores y alegrías, el mal cuerpo y los análisis sanguíneos totalmente trastocados. Pastillas, médicos pero también amistades y familia. Organización para el futuro, nervios y esperanza. Picores, nauseas, buen y mal humor. También, como no, las primeras compras y con ellas las primeras cuentas, unidas a un poquito de vértigo.



-        Los tres de en medio: Comienza a cambiar todo. Los picores se vuelven ronchas y los viajes más reducidos. Vienen calambres, viene de todo. Con la ropa que no cabe una se siente más feliz. Se notan dolores pero las primeras patadas hacen que todo se lleve mucho mejor. Es, como en todo momento, lo duro unido a lo dulce, el dolor unido a la ternura. Como alguien del trabajo también me dijo en este trimestre, “yo me lo he buscado”. Si, es cierto, pero no por ello se debe dejar de compartir no solo lo bueno sino también lo malo, aún en alguien como yo que lo esperaba tanto.


-        El tercio del final: La dieta cambia y el pincharse seis veces al día para medirse la glucosa se vuelve duro si se da el caso de tener diabetes gestacional como yo, otras tendrán otra cosa. Una ya no aguanta el cuerpo y las preocupaciones por el final llegan unidas a las ganas de que por fin todo acabe. No dormir, ya no dormir. Molestias y más molestias. Y amor, mucho amor, hasta que llega el momento y le ves. 


-        Y el post: Se suele contar muy poco de la madre en el postparto, pero si se indaga se encuentran casos de todo tipo: incontinencia y problemas variados en el baño, infecciones, depresión por no poder lactar bien, excesiva responsabilidad volcada en la madre por presiones varias, dolor en los pechos... entre otras cosas. En mi caso, aunque vivo esto muy bien acompañada, puedo comer sushi y jamón, correr la maratón si quiero y cuidar a mi gatita, esta etapa ha sido más dura que el embarazo.

No nos vamos a engañar. Esto no es un lecho de rosas y no se es mala madre por decirlo. La dulce espera puede ser la ardua espera y aunque casi siempre sale todo bien después y las personas tengamos la capacidad de olvidar lo malo, he querido escribir este resumen antes de ello, para recordar a todas las mujeres que pasan por esto sin cesar, y deseando que el mundo reconozca y ponga por fin a cada quien en su lugar. Y dicho sea de paso, no puedo ser más feliz.



Raquelicayni seguirá publicando lo que ve, allá donde esté, pero en este preciso momento todo lo que estoy viendo es su cara, eso es lo que veo. La aventura seguirá luego, siempre con ella.




Reparar es transformar

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Volver al trabajo después de 5 meses desconectada teniendo que dar unas palabras sobre la situación de posguerra en Guatemala para presentar a una persona que venía a Colombia, sin conocer el contexto, no viene nada mal para investigar y leer sobre algunas cosas de las que no tenía ni idea. Interesarse es conocer.


He tenido la suerte de escuchar a alguien de una organización que se llama “Mujeres transformando el mundo” sobre lo que es la reparación transformadora, término a través del cual he aprendido más acerca de lo complicado que es que una persona y una sociedad se recuperen de un conflicto.


Y es que para transformar, cuentan desde esta organización, tuvieron que hacer todo el esfuerzo del mundo para que las “abuelas” de una pequeña aldea tuvieran una sentencia judicial en firme que les permitiera a ellas y a su comunidad seguir adelante tras años de abusos sexuales y violencia de todo tipo, pero más profunda hacia ellas.


La reparación es el último eslabón de la justicia, pero el más importante para poder volver a tener una vida normal. Por suerte, en este caso, se dio un contexto favorable y consiguieron que quedara todo sobre el papel, tras un juicio muy mediatizado, pero que consiguieron ganar. La otra cara es que desafortunadamente se ganó no porque fuera justo reparar a un grupo de mujeres mayores (porque si así fuera en tantos apartados lugares del mundo habría miles de sentencias) sino por dos simples motivos: porque la televisión no se opuso y porque las abuelas transmitían credibilidad, al menos algo más que una joven con poca ropa.


Pero la cosa no quedó en la sentencia. Quienes sabemos acerca de lo que significa la legalidad ligada a la violencia basada en género sabemos que no sólo hay mínimas sentencias sino que cuando éstas se consiguen luego no se hacen realidad. Este caso no fue diferente: hubo 500 páginas de una resolución judicial que por supuesto no iba a leer nadie, y mucho menos en una comunidad en el campo, y por tanto iba a quedar en nada. Mujeres transformando el mundo tuvo que resumir el texto, dejarlo todo muy clarito y ponerse manos a la obra para la reparación. Para ello tuvieron que recoger montones de datos e ir institución por institución haciéndoles ver la situación real de estas abuelas, ya que quienes debían poner en marcha las medidas de la sentencia no se lo tomaban en serio o no les creían… no creían que la situación de estas mujeres hubiera sido tan grave como se decía.


En fin, que por lo que escuché esa estupenda mañana de hace un par de semanas en Cartagena de Indias y por lo que he podido averiguar, se trata de un caso realmente emblemático. Se pagó a estas mujeres, se obligó a instituciones públicas a hacer bien su papel y se les ofreció no sólo a estas mujeres sino a sus comunidades una mejor salud y otros beneficios, tras la guerra en Guatemala.


Y es que no basta con meter a los culpables en la cárcel. Eso sólo es el principio. La vida viene después, mientras haya vida.

El pueblo y el caso se llaman Sepur Zarco. La rabia es que estas reparaciones son casi inexistentes en el mundo. ¡Bravo por quienes consiguieron dar este paso en un planeta deshumanizado! 



Como siempre, pero más acompañada

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Nuestros tres abrigos
Hace ya siete años que publiqué en este mismo blog cómo había sido mi última visita a Bolivia, en ese caso a las tierras cercanas a la Amazonía. Esta vez por fin he estado tres semanas en La Paz, donde normalmente sólo podía ir de pasada. Y sobre todo, y lo mejor, esta vez ya no he ido acompañada de un nacional sino de dos, en este nuestro primer viaje juntas, hija. Cuesta explicar lo que se siente al caminar de nuevo por Sopocachi o la Sagarnaga pero contigo…  y regresar ocho años después al lugar al que pensé que ya no volvería la primera ver que me fui.

Vista de La Paz en día de lluvia,
desde el nuevo teleférico
He visitado decenas de aeropuertos en estos años, pero no hay emoción como la de volver al segundo hogar y que la bienvenida sea a esas horas intempestivas de la madrugada con un achuchón y un buen mate de coca. No podía empezar de mejor forma. Hay una parte anecdótica que también se repite, y es que casi nos perdemos por las calles de El Alto, como cada vez que llego y no bajo en taxi hasta la ollada* paceña. Mientras encontramos el camino, esa vista de la ciudad se me pone delante, para que no olvide cómo estas alturas me erizan la piel, no importa las veces que llegue.

Y por supuesto, como aterrizamos en domingo, los nervios de ir a por salteñas no me dejan recuperar demasiadas horas de sueño. Y a las once de la mañana ya estoy esperando por una de pollo y una de carne. Pero es que al día siguiente, el lunes, en lugar de salteñas serán marraquetas bien madrugadoras, en la tienda de la casera** del frente. Y es que lo que más me hace sentir que estoy en mi hogar andino es tener todo a mano, no sólo pan sino desde unos calcetines hasta un alargador para un enchufe.
A lo lejos, comprando marraquetas, 7am
Hemos ido en enero justamente para poder comprar algo también cerca, pero en este caso algo que no hay todo el año. Cuando planificamos el viaje me fue sencillo decidir cuándo ir: Para Alasitas. Así, al tercer día ya estamos frente a una yatiri esperando a que nos challe las miniaturas de todo lo que le pedimos a este 2018 y de repente recuerdo que he olvidado pedir una nueva computadora, que hace ya once años que tengo la actual. Y bajo de nuevo entre los ríos de gente en la búsqueda de algo negro chiquito, que seguro es la máquina: “¿Cuánto cuesta esta?” - Le digo a la cholita -. “¿Quiere su tanquecito de agua, caserita?" - Me responde -. "¡Ups!" - pienso yo -. Hay cantidad de tanques de agua en las alasitas este año, cómo se nota que en sur de la ciudad, donde hemos estado, hace no mucho que se ha cortado el agua y no la han tenido por un buen tiempo. Importante es pues pedir el oro líquido transparente, sin eso no hay nada de lo demás.
Uno de los carteles de la Feria de
Alasitas de 2018
Pero lo mejor al terminar la mañana de alasitas no es ni el mercado, ni mi hija con esos ojitos mirando todo lo que sucede en una de sus dos tierras, ni la señora mayor con su nieto pasando todas sus energías a nuestros amuletos. Un simple gesto me ha terminado de arreglar la mañana de "estreses" por los papeleos previos (que también los ha habido, y muchos): una señora me ha regalado trescientos pesos bolivianos de alasitas por la calle. Así, sin más. Pero todo lo tradicional e interesante tiene, también, su otra cara. Cuando hay celebraciones como esta o el carnaval todo se para, y por supuesto ese día no hemos podido terminar nuestros trámites, ya no ha quedado nadie en las oficinas.
Certificados de buena salud
comprados en alasitas para la familia
El viaje también sigue en una semana normal de trabajo, en la que he podido ir a varios lugares donde había trabajado, compartido, vivido y conocido una parte escondida de mí. La emoción que me ha traído pasar por esos sitios ha hecho que, sin darme cuenta, cada vez que he visto uno de ellos me haya sorprendido a mí misma balbucenado algo como un “mmmmmm….”, como si degustara un manjar. Y es que he degustado mi propia historia, lo que ha construido mi vida actual. Por algo el destino me llevó allá en ese momento hace trece años y no a cualquier otro lado, para que fuera parte de mí.

Mi gata, que también nos ha
acompañado, mirando a la ciudad
Es como la política, y como llegó a ser parte de mi vida diaria cuando vivía allí. Pero es que cuesta no posicionarse porque puedes ver muy de cerca cómo te afectan directamente las decisiones de quienes mandan los países. Y no es que donde me he criado, en España, nos afecten menos, es solo que parece que a veces seamos “animales apolíticos” que vivamos en una realidad paralela a las decisiones que están tomando por nosotros/as. En Bolivia nunca me sentí así, quizá porque por ejemplo un cambio en una ley hace que la gente se levante y paralice la sede de gobierno del país. Un bloqueo deja a la ciudad sin comunicación posible, ni de salida ni de entrada, situación en la que la morfología de La Paz colabora al no tener muchas vías de escape. Y de ese modo sientes claramente como tu cuerpo, tu vida y tus planes personales son parte de la política. Como ejemplo, en este viaje hemos tenido que alargar una estancia en el lago Titicaca, por un bloqueo por el cual no hemos podido volver a la ciudad el día previsto. Otra característica que recuerdo de mi vida allí: la “re-planificación” constante.
Balsa de totora, lago Titicaca
Pero ese viaje bloqueado sería ya casi al final de esta visita, antes de eso ha continuado, en mi segunda semana, con la degustación de delicias: api con buñuelo, tucumanas, tuna, ispi… y lo mejor de todo, el menú que por fin he podido probar en Gustu, un restaurante que trata de recuperar sabores típicos a través de la cocina de chefs ahora tan de moda, pero sólo con ingredientes de temporada. Allí he podido probar incluso hormigas o lagarto, que cuando vivía en La Paz no pude. Y hablando de lo típico, aunque lo que se coma sea algo tan internacional como el pan, el queso, las “carnes frías”*** o la mantequilla, lo mejor de lo mejor de lo mejor es esa costumbre de tomar siempre té (tecito) por la tarde. Si una comida se alarga y dan las cinco de la tarde no te vas de un lugar sin tomar tu tecito, y si llegas a una casa a esa hora que no se diga: ¡A comprar insumos para el tecito! De veras que las tardes de té caliente cuando afuera hace frío me encantan.

Pique macho cocinado en casa
Hormiga de la comunidad de Apolo,
en el restaurante Gustu
También me encanta que casi todo siga en su sitio, como el lugar donde celebré mi 28 cumpleaños, que de llama Dumbo y es un restaurante familiar de toda la vida, o el cafecito cerca de la Plaza San Frascisco donde hacía las reuniones de trabajo del pequeño proyecto que fue el primero que gestioné, o el Café Ciudad donde iba a recuperarme tras las noches de juerga y que sigue estando abierto 24 horas, o pasar por la UMSA y seguir viendo sus conciertos en la calle, y tantas otras cosas que tuve la suerte de volver a experimentar con la familia y en mis dos tardes de asueto deambulando sola.

Precisamente en esas dos tardes de asueto de mi segunda y tercera semana he podido también volver a hablar con gente querida, como si nos viéramos todos los días, justamente sobre lo que cambia y lo que no, después de correr para poder hacer todo lo que recuerdo que hacía en mi vida allí. Hablamos de lo tradicional que sigue siendo La Paz a pesar de los cambios que se ven tales como el nuevo teleférico de la ciudad. Un ejemplo de ello es que plataformas como Uber, que en otros lugares del mundo han funcionado muy bien, son todavía poco usadas. La gente sigue prefiriendo el bus, el taxi (muchas veces aun arreglando el precio antes de subir), el radio taxi, el trufi o el minibús. Los transportes de siempre generan mayor confiabilidad, al ser lo conocido. Es como si todo fuera a su ritmo en esta ciudad de las punas alto andinas. Es el único lugar del mundo que conozco donde McDonald’s quebró. En fin, que si no fuera así no sería La Paz.

Tampoco sería lo que es si no siguieran existiendo zonas como la feria de El Alto, el Uyustus o la Eloy Salmón, lugares en los que puedes encontrar casi de todo. Y tampoco sería La Paz si no continuara sorprendiéndome lo interesada que está a gente por todo lo relativo a la cultura, con conciertos que se llenan. Y tampoco si no hubiera la challa de la casa, de la oficina o del auto, y otras tantas, tantas tradiciones y detalles que no puedo parar de enumerar. Pero tampoco si consiguiéramos movernos bien con nuestro carricoche por las calles con esas subidas y bajadas. Y finalmente tampoco si las despedidas con la familia no fueran tan cálidas, entrañables, con esas vistas a la ciudad, y si no me hubiera hecho tanta gente sentir que siempre tendré allí mi casa.

Despedida de la familia

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* Se suele decir "ollada" a La Paz por la forma que tiene de olla la ciudad.
** Se les llama caseras y caseros a las dueñas de los comercios o puestos donde se suele comprar todos los días. También esas personas le llaman casero y casera a quien le compra seguido.
*** Así se le llama al embutido.

Aquello que nos hace fuertes

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En elmesdemayoviajéa mi ciudad natal porprimeravezconMila yanotéenelteléfono móvilunmontóndeideasydesensacionesquetuvetrascasidosañossinvolver.Poco después también pude conocer una nueva ciudad de Colombia, Buenaventura, donde alguien afro me “bautizó” con toda calidez y me hizo conocer sus costumbres. También tenía montones de ideas para transmitir lo que sentí en esa zona de la costa colombiana.


Pero hacemás de seis mesesdeopositoradeeso. Ylesllamoesaformaamismeses porquedesdequecomencéaimprimirelprimerodelostemasqueteníaqueleer,resumiryestudiarhedejadodeladotodoaquelloquemehacesentir bien. Más allá de eso, de las horas de oficina y de la familia no he avanzado a cumplir las metas que me propongo, y eso incluye el blog. Desde marzo.

Sin lamentos. Cada quien elige.

Edificio tradicional, downtown
Por eso, hoy que ya he asumido que por el momento no voy a continuar opositando es cuando por fin continúo con todo. Escribiendo desde aquí, desde bien arriba en el mapamundi, sin mucha inspiración por el cambio horario pero con ganas de continuar. Y reconociendo que será más adelante cuando termine esos dos post que dejé a mitad. Prometo retomarlos.


Mejor hoy os cuento por ahora cómo percibo a ese “norte” del “hemisferio norte”, a su historia y a esa ciudad llamada Edmonton, capital de Alberta, Canadá. 


Desde hace un tiempo a esta parte se vienen escuchando algunas noticias sobre el país con la hoja de arce en su bandera. Y digo algunas noticias porque se trata de un lugar supuestamente tranquilo donde no hay noticias impactantes para las masas. Las novedades que llegan fuera de sus fronteras son su presidente progresista o la legalización del cannabis. Pero, por otro lado, según los sondeos que he ido haciendo, nadie sabe cómo viven las poblaciones antes de la colonia, cuáles son los pueblos que existían antes de la llegada de Inglaterra y Francia o por qué es un país con tantas diferencias a los Estados Unidos de América, a pesar de estar tan cerca.

Arte urbano
Lo que a continuación cuento no es más que mi impresión personal unida a una muy breve indagación de información, en la medida de mis posibilidades. Y es que no abandonar lo que me propongo es lo que siempre me ha hecho fuerte.

Pero ¿Qué hace fuerte los cree, los blackfoot, los metis, los nakota sioux, los iroquois o los dene, entre otros? Lo que conocen, lo que pueden contar y transmitir, su historia, sus tradiciones. Sin ello y sin sus pieles, casas, quehaceres domésticos y de caza, entre otras costumbres, son vulnerables y dependientes del medio. Hoy en día lo son, pero no siempre fue así. ¿Y si todavía pudiera cambiar?


Bisonte en las afueras de Edmonton
En el nuevo museo de Alberta, abierto el pasado 3 de octubre, hay una pequeña sala redonda, justo en el centro. Es algo oscura y tiene una única puerta de entrada. En el lado derecho de esa puerta hay una foto de personas mayores y al izquierdo está escrito “Donde está nuestra fuerza”. Fijándonos bien en las facciones de las personas del retrato vemos que se trata de población indígena o también llamada aborigen de la zona. Si entramos a la estancia vemos ropas y enseres muy distintos de cada grupo, entre los cuales se destaca la diversidad y las distintas formas de enfrentarse al entorno. Pero lo bello de dicho museo es que ese mini espacio no es independiente, sino que “irradia” sus saberes a todo el resto del "ala de historia humana", la más grande del centro cultural. Ese es el enfoque con el que está construida.


A diferencia de otros museos, el de Alberta pone a los y las habitantes canadienses que vivían allí antes de la colonia como centro de la historia. Este es un cambio importante que ha habido allí: pedir perdón a las personas indígenas a través del reconocimiento de los valores culturales que han perdido en siglo y medio. No obstante, esto no soluciona los problemas de marginalidad que en muchos casos siguen viviendo. Sólo les reconoce de una forma distinta a 20 años atrás.


Hora punta
Y es que no hay que olvidar que hace tan sólo 40 años todavía había quienes entraban a las reservas indígenas, robaban a niñas y niños, y les llevaban internados a la cuidad a “aculturizarse”, aprendiendo inglés o francés y olvidando lo que le podían enseñar sus ancestras y ancestros. Ascendientes, cabe decir, que murieron en muchos casos hace ya tiempo llevándose conocimientos sobre cómo ser más fuerte en ese entorno hostil cerca del polo norte. Conocimientos que hoy por fin, con más o menos suerte o con más o menos exactitud, se tratan de recuperar. Como por ejemplo la forma de elaborar los mapas según las especies que habitan en la zona, o según los frutos que sobreviven a la nieve.


Edmonton es una ciudad entre el desierto frío, casi helado o blanco diez meses de los doce, donde puede disfrutarse la aurora boreal durante todo el año. Es en medio de ese desierto donde viven y vivían estas poblaciones. Y hoy según todos los indicadores es, supuestamente, uno de los lugares más “desarrollados” de la tierra.


Chinatown, downtown
Pero esa no ha sido mi sensación personal. La primera impresión cuando llegué fue la de estar en un lugar en el que no existe la comunidad, sino que todo el mundo hace vida en casa y de forma individualista. Tras ello comencé a dialogar con gente de la zona y me di cuenta de que no es tan así, sino que el clima hace mucho y que en realidad son personas, en general, con gran cultura y amabilidad. Quienes allí viven. Sí. No se puede decir que sean de allí sino que son quienes allí viven, porque el 90% o bien han llegado recientemente desde Asia, o bien descienden de Europa o Latinoamérica, entre otros lugares.


¿En qué se basa la economía de Edmonton? En ganadería y petróleo, según me aseguran un par de lugareñas, sin que yo haya contrastado esa información por mi parte. Algo así como “el Texas de Canadá” me llegaron a decir. ¿Capitalismo? ¿Zona conservadora? No, solo un lugar con bellos bisontes, mestizaje y mucho para aprender, como tantos otros.


Mi reflexión es: ¿Por qué los sitios más fríos son los más buscados? ¿Por qué tanta gente pone todos sus ahorros en una visa a Canadá teniendo estudios para luego quizá acabar de taxista? Quizá el futuro y el seguir viajando me den una respuesta más acertada. A día de hoy sólo puedo pensar en petróleo, empresas y poder. Pero también en gente como yo, como cualquiera, que trata de adaptarse al clima en el que vive, de la mejor manera que consigue.


Centro de negocios
Quedaría un mundo de cosas para decir, pero en este momento de cambios en mi vida y de falta de tiempo son sólo las sensaciones que me dejan los viajes lo que puedo llegar a compartir. En realidad es lo más importante que puede dejarse plasmado. El futuro traerá muchas más cosas para quien las lea.


Mayo de 2018 - febrero de 2019

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Post pendiente Nº1

La maternidad es lo que tiene. Una deja de hacer tan seguido las cosas para las que antes gastaba el tiempo del fin de semana. Ahora, fuera del trabajo, casi todo es parque, cocinar y organizar la semana. Por eso en mayo de 2018 anoté algunas ideas sobre el primer viaje a mi pueblo que hacía después de dos años en Colombia. Y por la misma razón, así como por la mudanza y cambio de tres continentes en dos meses, tengo que unir esas impresiones a las que acabo de anotar en febrero de 2019, momento en el que vuelvo a España rumbo a Filipinas.

Hasta mayo de 2018 nunca había estado dos años fuera de Elda. Había viajado mucho, pero tras seis meses o como máximo un año había vuelto a mi primera casa, al lugar al que siempre volveré.


Ahora, unos meses después, describo brevemente y punto por punto, esas impresiones que tuve tras 24 meses “ausente” que anoté en ideas. Aprovecho hoy para unirlas a otras de estos días por Madrid. Y lo hago justo antes de partir a Asia:

“Lugares que ya no están donde estaban”
La avenida en la que está la casa de mis padres es central, y tenía, al igual que otras calles, tiendas y otros comercios que conocía bien. Una de las mayores sorpresas es pasear y ver lo moderno que se vuelve todo, aunque a veces conservando su esencia. Y ver a través de estos lugares que la vida pasa, la vida sigue…no espera… y en un par de años puede no cambiar mucho y cambiar tanto al mismo tiempo…

“Fábricas con timbres antiguos”
La cremallera de una maleta se me rompió y fuimos, como en buen lugar dedicado al calzado, a una pequeña fábrica a que me la arreglaran. Pero a veces se puede, otras veces no. Y aunque la maleta no se pudo arreglar había que intentarlo. Lo que más me sorprendió es que, a pesar de los cambios que encontré, en esa fábrica en concreto siguiera el timbre del mismo estilo de los que solía hacer sonar a mis 5 años. Todas las fábricas que estaban en el centro del pueblo tenían esos viejos timbres, y algo tan tonto me trajo mil recuerdos.


“Llorar en Alicante”
Sí, así sin más. Quizá por el cansancio del viaje, seguramente porque mi hija iba a conocer a sus bisabuelas, tíos, tías y amistades del alma. Pero bajé del avión, me monté en el autobús que nos acercaba a la terminal y no lo pude evitar. Una mujer se me acercó, me preguntó si necesitaba ayuda y me dijo que le recordaba a su hija, que vivía fuera. Y eso me calmó. Comencé a hablar con ella de todo un poco mientras recogíamos las maletas y hasta que vi a mis padres. En fin, que me alegré de que haya tanta gente dispuesta a echar una mano en todo lado.

“Más manifestaciones que nunca”
El momento del viaje de mayo de 2018 fue especial. Se estaban destapando varios escándalos de corrupción en la política a nivel nacional, la gente no estaba de acuerdo con los recortes en salud, y además me encontré con todas las opiniones encontradas respecto al tema de la independencia catalana. Para ser sincera, desde el 15M que presencié hace casi diez años no había presenciado que la gente de mi tierra natal se movilizara tanto. Al menos no como en los países de Sudamérica donde he vivido. Y ese cambio hacia las calles me ha generado ganas de querer volver a ser aquella que siempre estaba en las calles a principios de los dos miles.

“Café con hielo”
¡Y un café descafeinado con mucho hielo y limón, por favor! ¡Cuánto tiempo! ¡Salud por las pequeñas cosas que no hacía desde hace tiempo!

“Agua limón y horchata”
Una suerte también viajar al principio de la temporada de las terrazas, inicio del calor y los granizados como el agua limón y la horchata. Innumerables fueron los que tomé en mayo de 2018.

“Gentío”
Al igual que incontable cantidad de gente en las calles en mayo de 2018 y febrero de 2019, en todas las fechas. Y es que sale un poco el sol y por algunos lugares no se puede ni caminar.

“Nada en casa, todo afuera”
Porque me da la sensación de que en varios lugares de la península ibérica todo se hace en la calle en determinada época del año, nada se hace en casa. Por eso yo misma nunca recordaba haber pasado un domingo entero en casa sin salir, a no ser que estuviera enferma, hasta la primera vez que crucé el charco atlántico en 2005. En La Paz (Bolivia) pasé mi primer domingo descansando en casa

“Volumen alto y hablar a la vez”
También parece que me he “latinoamericanizado” bastante, estando tantos años fuera porque no llevo tan bien como antes este punto. Y no tanto el volumen sino el cómo, que ahora lo veo como si de una antropóloga social que anda tomando notas se tratase, y me analizo incluso a mí misma. Demasiado enrevesado.

“Carricoches por la calle”
Otro tema interesante es la costumbre de usar carricoches de bebé. En Colombia me di cuenta que era la gente de clase media o alta la única que los utilizaba, pero aquí me siento más normal viendo que todo el mundo tiene la costumbre. Hasta el mes pasado no he tenido la oportunidad de salir cada día al parque en este contexto y he tratado de aprovechar al máximo estos días aquello de sentirnos Mila y yo un poco más normales, aunque la normalidad sea algo relativo.

“Desayunos”
Mayo de 2018 me trajo desayunos cada día fuera de casa, la igual que febrero de 2019. Algo muy común por estos lares y que tanto echo de menos cuando estoy fuera. Hay que adaptarse, pero no dejar de hacer esas pequeñas cosas cuando se tiene la oportunidad.

“Horarios dispares”
Comer a las tres a la tarde, salir al parque hasta casi las ocho, algo rarísimo en la Bogotá natal de mi hija. No me acostumbro tampoco, sigo comiendo a la una y pensando que a las cinco o seis debemos irnos a casa, cuando todo el mundo está recién empezando a salir, incluso los peques más peques.

“Lugares con historia”
Cuando vivía en España no solía madrugar tanto como ahora. Quizá por eso veo las calles de otra manera. Salir a las siete de la mañana cuando las máquinas están limpiando las calles y sólo hay un par de churrerías abiertas, ver esos edificios viejos, escuchar los pájaros que comienzan a cantar por primavera, aun con frío, es toda una visión diferente de este lado del mundo. Y todo eso paseando por un lugar de calles estrechas con mucha energía, que se percibe por historia que han vivido esos caminos…

“Resaca en las calles”
… con esquinas sucias por la vida que hay en las noches… esperando a que los comercios se activen. Imaginar Madrid hace 200 años en este momento de mi vida no tiene desperdicio. Es genial poder olvidar el cansancio de los cambios de continente por un segundo, viviendo el lugar donde se está en un determinado momento.

“Arena en los parques”
Qué curioso. Ahora ya todos los parques infantiles se construyen con esa especie de esponja de colores en el suelo para que los y las peques no se ensucien ni se hagan daño al caer, pero parece gustarles mucho más esos espacios que aún quedan cerca de mi lugar de paso por Madrid, con mucha arena.

Ensuciarse…
Porque ensuciarse es divertido. Y me recuerda tanto, tanto, a cuando yo era niña y todos los parques eran así… ¡Cuántas caídas tengo en mis rodillas en esas piedritas que me dejaban hecha polvo, pero tanto divertían! En fin, ya empiezo a contar batallitas. Mejor seguir otro día.


Difícil es transmitir más. Me gustaría tanto que vengáis donde estoy para que conozcáis mejor cada impresión... Pero sigo con la idea que tenía al abrir este blog en Ecuador, de que lo poco que pueda compartir siempre es bueno, aunque sólo sea un instante.

Próximo post pendiente: La despedida de Colombia. Enero de 2019.

Y de repente, la lluvia

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Post pendiente Nº2 de 2

Desde que llegué a Manila el 9 de marzo de 2019 no ha parado de hacer sol. Nuevo continente, nuevas sensaciones en todos los aspectos. La vida que se complica un poco más pero no evita cambios y decisiones. Y de repente, volviendo en avión del cuarto de mis viajes a la isla de Mindanao, en el sur de Filipinas, comienza una lluvia torrencial que se asemeja a aquellas de Colombia y recuerdo que tenía un post pendiente sobre mí despedida allá.


Quizá la lluvia me recordó eso por ser una de las pocas cosas que he encontrado iguales aquí y allí. Quizá no había conseguido sacarme ese nudo del estómago que he llevado conmigo por casi medio año y por eso no era el momento. O quizá sencillamente no he tenido tiempo con los viajes, el nuevo trabajo y la peque de casi dos años.


Las últimas semanas en Colombia no fueron para nada especiales. Seguimos con la rutina de cada día como si nada fuera a pasar. Quizá haya sido el mejor lugar en el que yo alguna vez haya trabajado y donde me haya mudado, pero la salida ha sido mucho más suave de lo que imaginaba. Ha habido camiseta y taza de recuerdo de mi oficina, ha habido desprendimiento y cosas vendidas y regaladas, ha habido mucho parque para aprovechar el verde que ya no tendremos aquí, también un temazcal reponedor, y ha habido achuchones y lágrimas, pero pocas.


Esta publicación puede servirme para mantener la cordura en mis nuevos tiempos y nueva vida. Y eso pasa por ser feliz, no olvidar y esperar que el destino me lleve de vuelta. Algo habrá quedado, eso espero, al menos algo digno de contar en el tiempo que tengo durante la siesta de mi hija. Y es esto que comparto. No hay fotos, porque quisiera transmitir los sentimientos en palabras. Colombia ha sido el lugar que más me ha cambiado la vida, y yo que pensaba que había sido Bolivia. Aunque todo lleva a algo y todo es por algo. No hubiera habido un lugar sin haber pasado por otro antes.


Gracias gente a la que he conocido. Gracias procesos que he vivido. Gracias trabajo por haberme reconocido. Gracias mundo por mantenerme en él y por traer a bellos seres que me acompañan. Gracias playas. Gracias montañas. Gracias parajes y mensajes. Gracias a los aprendizajes que traigo a Asia en esta ajetreada época que tengo por delante. No puedo parar de dar las gracias, mejor lo dejo aquí. Gracias.




Pamamahagi

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Mi vida en Filipinas se puede decir que está dividida entre dos realidades: La de la gran Manila, en la isla de Luzón, norte del país, y la de Zamboanga, en Mindanao, al sur. Dos horas de avión y siete mil islas de diferencia. Muchos viajes y poco tiempo para compartir, pero ahí van estas letras, por fin, seis meses después de llegar. Comienzo por el sur, para luego hablar del norte.


Mi realidad en Zamboanga


Desde que he llegado he viajado seis veces a esta urbe de Mindanao. Durante uno de mis viajes he compartido coche con una reconocida feminista de Manila que me ha regalado unos separadores de libros, mientras llegábamos juntas al lugar de uno de los talleres del trabajo que realizo ahora. Y me lo ha dado mientras comentaba: “Siempre me gusta este pamamahagicuando estoy con amistades y con gente a la que aprecio o con la que comparto. Suelo preparar estos separadores de libros como pequeño regalo para fomentar la reflexión y la lectura”. 


Pamamahagi, en tagalo, significa distribución. Y pienso yo: ¿Cuál es mi pamamahagi para ella y para otras personas que aprecio o con las que he compartido algo? Espero que esto lo sea. Por eso voy a tratar de ordenar la cantidad de impresiones y sensaciones que me generan mis primeros viajes a través de siete sencillos titulares.


Mapa de Filipinas con la localización de Zamboanga resaltada al suroeste de la isla de Mindanao

Primero. Zamboanga:


A través de las noticias es probable que lo poco que se conozca fuera de Filipinas, o incluso para mucha gente dentro del país, acerca de esta ciudad de la isla de Mindanao, sean sus problemas de seguridad y la situación con la población musulmana.


No voy a contar toda la historia de la antigua Región Autónoma en Mindanao Musulmán (ARMM en inglés), que a día de hoy ha pasado a ser la Región Autónoma en Mindanao Musulmán del Bangsamoro (en inglés BARMM), porque sería muy largo de explicar y no afecta sólo a Zambonaga sino a toda la gran isla de Mindanao. Este post son mis impresiones y no una reseña histórica. Tampoco resumiré por qué, tras el plebiscito de autonomía celebrado a inicios de este año, Zamboanga no deberá reorganizarse para lograr la autonomía, porque ha decidido no ser parte de la BARMM (a diferencia de muchas otras ciudades de la isla), porque eso sería más largo todavía.

Lo que sí voy a contar es cómo vivo yo la realidad a través de las conversaciones que he ido teniendo hasta ahora con las personas con las que he compartido momentos de trabajo y personales. Y la vivo como alguien que debe estudiar desde un hotel la historia de una ciudad que le ha llevado a la violencia actual, ya que no puedo salir más que para lo que deba por trabajo. Una violencia quizá provocada por la llegada de gente colona cristiana a la ciudad durante el periodo en que Filipinas era Estados Unidos, hace ya más de 70 años. O quizá por la ocupación española anterior a esto, visible en su arquitectura colonial, y que, aunque duró mucho más tiempo que la de Estados Unidos, no abordó el problema antes de que estallara. O quizá por los intereses actuales que llevan a grupos armados musulmanes a hacerse más fuertes, no sólo en esta zona de Asia, sino en distintas partes del mundo...


Pero lo que está claro es que esta ciudad acoge a día de hoy a mucha gente desplazada de otras partes de la isla más afectadas por el conflicto, que se necesita mucho trabajo con la población para que continúen actitudes de paz y convivencia interreligiosa, que cada día que pasa siento que la realidad es más compleja y que los detalles que voy conociendo me hacen comprender cada vez menos por qué no cesa la violencia.


Segundo. Matrimonios:


Zamboanga es la segunda ciudad que conozco en la que los matrimonios interreligiosos cristianos-musulmanes son habituales, después de Uagadugú, en Burkina Faso. Y me apena pensar que, aunque coincidentemente ambas ciudades lo viven de una forma natural y en la mayoría de los casos ni la mujer ni el hombre pierden sus raíces, en Burkina la situación está empeorando por causas religiosas, mientras que, a este lado del mundo, en Mindanao, no parece mejorar la cosa a pesar de los esfuerzos que se hacen desde la sociedad civil. Es duro ver que un conflicto estalla, por ciertos intereses que puedan haber, y cambia situaciones de verdadera convivencia que empieza desde lo más básico, desde las familias.


Vintas navegando durante un festival de la ciudad
Tercero. Vintas:


Pero entre tantos grises como puede parecer que haya, resalta un colorido. Y es el colorido de las vintas, embarcaciones con unas velas que se ven por todo Zamboanga, adornando el mar. Si bien el cierto que alguien de Europa y recién llegada como yo no puede navegar libremente en ellas, es muy bello verlas con sus mástiles siempre desplegados, ya que por suerte todavía se mantiene la forma artesana de hacer las velas. Se dice, además, que sus rayas verticales de colores representan la también colorida cultura de la comunidad musulmana, de indígenas de la isla, así como de las otras herencias coloniales.


Cuarto. El este y el oeste:


Desde que comencé a viajar por el mundo he escuchado mucho acerca de por qué la gente “del norte” es de una forma y la gente “del sur” es de otra. Y si bien es cierto que existen muchas personas que provienen de lugares como los que he nacido que creen que lo que piensan tiene más sentido sólo por ser de donde son, o aplican cierto sentido paternalista a lo que hacen, nunca he estado de acuerdo con fomentar estas diferencias a través de un discurso.


Para mí el “norte” y el “sur” nunca han existido como tal y el hecho de crear compartimentos estancos no nos ayuda. De hecho, si observamos el globo terráqueo desde el espacio nos cuesta saber dónde está el norte y dónde el sur, todo depende de cómo mires al planeta. Se necesita darle nombre a los polos por la atracción que generan y para orientarnos, pero de ahí a crear diferencias entre las personas “supuestamente pobres” de un “sur” y “supuestamente ricas” de un “norte” hay mucho por decir.


Pero lo que es nuevo para mí es que hace poco he escuchado ese discurso de norte-sur (que tanto tanto he oído en África, América Latina y Europa) en alguien en Zamboanga, que lo ha usado del mismo modo, pero refiriéndose el este y el oeste. Y yo he pensado: claro, Australia está al sur de Filipinas y forma parte de ese llamado “norte”. Y, además, al este están los Estados Unidos… Esa conversación me ha parecido muy interesante porque me ha permitido conocer mejor el contexto en el que trabajo. No obstante, no puedo evitar seguir pensando que las personas tratamos de fomentar diferencias, más allá de nuestras culturas, para justificar que nuestro argumento tiene más peso que otros.


Quinto. Mis compañeras:


Campamento de paz para adolescentes
de Zamboamga.
Una de las personas con las que más trabajo, mujer de éxito desde mi punto de vista y ya de cierta edad, estuvo en la cárcel en el pasado por participar en manifestaciones y movimientos reivindicativos. Otra de ellas estuvo secuestrada durante un tiempo considerable por un grupo islámico. Ambas son cristianas católicas de Zamboanga, y su vida ha sido desde siempre la lucha por la paz. Mujeres fuertes en un contexto hostil, que me enseñan cada día que el trabajo duro es lo que consigue cambios. Han sacrificado mucho, han acertado, han fallado, han caído y se han levantado muchas veces, y siguen sin abandonar. Y, en fin, a día de hoy les “comen” tanto los papeles como a mí, pero es su bagaje y el de otras personas como ellas lo que hace que la actividad que compartimos se siga renovando.


Sexto. Chabacano:


Recuerdo que la primera vez que leí sobre la lengua chabacana, estando todavía en Bogotá, lo comenté con una persona ya de cierta edad que es de allí. Recuerdo que no me creyó y se fue a verificar en la Wikipedia que este idioma existe.


Como curiosidad, tanto en Colombia como España algo chabacano es algo de mal gusto. En la ciudad de Zamboanga es todo lo contrario: es su lengua, su identidad. El criollo chabacano tiene el origen en el castellano de la colonia y se ha ido mezclando con el tagalo y otras lenguas locales, creando algo curioso para los oídos de las personas hispanas. Podría parecer un castellano mal conjugado la primera vez que se escucha, pero después se descubre la gramática propia que tiene detrás.


Y es más curioso aún que el vocabulario se parece al castellano antiguo que se habla en algunas partes de América Latina. Alguien me ha comentado una historia que podría ser realidad o ficción, pero que escribo porque me ha resultado curiosa: Me ha dicho que se debe a que las carabelas españolas hacían una parada en Centroamérica o México, donde subía gente del lugar, quienes viajaban hasta aquí por comercio. Como digo, no trato de dar reseñas históricas porque, aunque he buscado no he encontrado nada contrastado, pero hay quienes dicen que fueron estas personas criollas quienes exportaron la lengua a Mindanao. De hecho, el chabacano antiguo se entiende perfectamente para personas hispanas y el chabacano moderno es, como dicen por aquí, un “broken spanish”, mucho más mezclado con otras lenguas, incluyendo incluso el inglés.


Septimo. Marang y lanzones:


Para terminar esta serie de titulares sobre Zamboanga hablaré un poco, porque no puede faltar, sobre la comida. Pero esta vez no me voy a centrar en sus ricos cangrejos y resto de marisco, sino en la fruta. Y es que pensaba yo que después de haber vivido cerca de la selva del Amazonas no me quedaba ya mucho por saborear, pero estaba errada. Si alguien viene de vacaciones al sur de Filipinas en la época de estas frutas (de junio a septiembre, creo, debo confirmar) no puede dejar de comer marang y lanzones. El marang en su exterior es algo entre un coco y una chirimoya… pero su interior es casi más rico que ambas. Y los lanzones son amarillos y pequeños, se aprovecha poco y no se puede por nada comer la pepita que está amarga, pero la parte blanca es tan suave que sólo apetece tumbarse y degustar. ¡Nuevas frutas conocidas, y las que tienen que venir!


Marang
Lanzones












Y hasta aquí la primera de mis dos papamahagi… con un agradecimiento por estar aquí, a pesar del estrés que me ha costado llegar con toda la familia. Porque el camino se construye justamente caminando, y nuestro camino en este rincón del sudeste asiático tildado de algo latino pero que es mucho más que eso no ha hecho más que comenzar…




Planes y estrenos

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Segunda de mis vidas filipinas pendiente de transmitir: Una pizca de Manila.


A inicio de los años 20 que ayer empezaron…


En muchas ocasiones, viendo las reacciones de Mila y lo que ella está comenzando a vivir en su infancia, recuerdo pasajes de la mía. Y es que, aunque todas las personas pasamos momentos traumáticos, la mente es tan interesante que se suele quedar con los buenos recuerdos. Quizá sea por eso, o estoy casi segura que quizá también tiene que ver con que mis padres hicieron todo lo que estuvo en su mano, los recuerdos de mi infancia son casi todos buenos. Varios de ellos son los ratos que pasaba los domingos por la tarde viendo una película de sobremesa en casa, después de la rica comida en familia. Era el final de los 80 cuando solían empezar a las 3 de la tarde. Podía ser una de los Hermanos Marx, un western, dé época o de las guerras mundiales.


Al llegar a Manila, salir del aeropuerto y descubrirme detrás de un yipni, escuchando música antigua en inglés, no pude evitar imaginarme en una de esas películas sobremesa. No durante una escena de batallas sino esas otras en las que mostraban las ciudades el sudeste asiático para situarte… En realidad, algo muy distinto a la Latinoamérica en la que había estado trabajando los últimos años, ya que, aunque Filipinas tenga mucha influencia latina, quien se adentra en su realidad descubre que hay más diferencias con lo latino de lo que parece.


Típico yipni (jeepney en inglés), en Manila.

Eso fue una noche de hace casi 10 meses. Lo que he descubierto después es que estoy viviendo en la Gran Manila, una aglomeración urbana conformada por 16 ciudades diferenciadas, y complejísima en cuanto a organización, lenguas, cultura, etnias e historia. Pero si nos concentramos solamente en sus habitantes y los sumamos, ya supera a otras megalópolis como México DF en densidad población. No olvidemos que el DF llegó a ser la ciudad más poblada del mundo en su momento, antes de que todo Asia creciera del modo que lo ha hecho en las últimas décadas. Aunque lo más complicado que he averiguado es lo impredecible que es el tráfico aquí, y moverte de un lado al otro. Hay que armarse de paciencia, ponerse películas en el móvil, coger un libro, meditar o escuchar música. Porque un trayecto de media hora al aeropuerto puede convertirse en 3 horas y muchas veces no sabes por qué.


Desde esta también llamada Metro Manila, en concreto desde la más grande de sus 16 ciudades, es el punto del mapa desde el que escribo ahora. Estoy en un rinconcito en la densa Ciudad Quezón, en una burbuja dentro de ella que se llama Eastwood City, o simplemente Eastwood. El distrito es un sitio pequeño, con forma circular, lleno de oficinas y gente las 24 horas, lleno de luces, de cafeterías, de actividades y de restaurantes de todo tipo en pocas calles, y en definitiva lleno de asfalto y edificios. También tiene un pequeño micro-oasis de árboles en el centro y un laguito artificial. 

El centro de Eastwood el 31 de diciembre, desde mi ventana.

Anteanoche, 31 de diciembre de la pasada década de los 10, estuve paseando por la bulliciosa plaza central en la que había conciertos, por la que no podía casi ni moverme, ya que Eastwood es famosa por su celebración de nochevieja, con actuaciones de artistas de Filipinas, fuegos artificiales y demás. A las 7 de la tarde las familias y sus amistades estaban llegando para cenar. Pues bien, mi mochila estaba en el carricoche de Mila, y mi móvil en el bolsillo del pantalón (como mucha gente hace por aquí, ya he adquirido la costumbre). Y nada pasa. No he vivido en lugar más seguro que mi actual barrio.


Y este ambiente de seguridad se suma a la gentileza de todo el mundo con quien nos cruzamos, que da mucho esperando reciprocidad, si se puede (esa es mi sensación). Mucha gente suele estar de paso, pero poca vive aquí todo el tiempo, y casi todo el mundo nos conocemos, lo que genera un ambiente amable para criar a una niña. Aunque he de ser sincera, el lugar se me hace pequeño muchas veces porque se camina cuatro calles y se sale a la avenida inhóspita que tenemos al lado, llamada C5. La C5 es una de las arterias principales para el tráfico de Metro Manila, no necesito explicar mucho más. Pero Eastwood es, sobre todo, para una pequeña familia sin coche, cómoda. Por poner un ejemplo, el centro comercial (o mall) del centro fue uno de los primeros de Manila que admitió mascotas…


Eso me lleva a pensar en lo que llamo la “vida de mall”, debida, sobre todo (en mi opinión) al calor. Y es que me encantan los espacios libres, pero lo más prudente es visitarlos a primera hora de la mañana. Más tarde la humedad y la temperatura no te dejan. Eso si no llueve. Un centro comercial suele ser apropiado, aunque no a todo el mundo nos guste en un principio. Así paseamos por las tardes: por pasadizos que conectan una parte del otro de los edificios, comprando un té frio con perlitas taiwanés (¡me encanta!) en una esquina de uno de esos pasillos, saboreando unos siomais (dumplings filipinos) en otra esquina y jugando en un parque infantil con aire acondicionado.


Siomais de cerdo y gambas.
Té con leche y perlas.










Y saludando y tratando de decir algunas palabras en tagalo, ya que, aunque aquí el nivel de inglés es bastante bueno, para mucha de la gente es de hecho su tercer idioma después de la lengua materna de la región y del tagalo. Algo que me ha sorprendido bastante es la cantidad de vocabulario que se conserva en este idioma del español, a pesar de ser tan distinto gramaticalmente. 

Mientras trato de hacer esos pinitos de los que hablo, miro hacia abajo saliendo a la calle desde una de las partes del mall y veo el paseo de la fama de Eastwood. Estrellas de famosas y famosos de Filipinas, que aparecen en series y películas en tagalo. 

Y miro hacia arriba y veo los más de 30 pisos de espejos, del edifico de oficinas desde el que antes de anoche mucha gente recibía el 2020, y pienso en teleoperadores/as y personas con la que comparto las comidas saliendo del cubículo del coworking en el que trabajo. Filipinas destaca en cuanto a recursos humanos ligados con las nuevas tecnologías, y eso que no estamos en otros de los países de la zona realmente punteros a nivel mundial. Mucha gente viene de fuera a trabajar en esas plataformas de oficinas. Y en las conversaciones que tengo a mediodía con gente muy joven aprendo términos o procesos que sólo en Asia se puede aprender.

... Mientras continúo el paseo por esta mi segunda realidad en el país, viviendo de forma tan distinta mis dos vidas de las islas, entre Zamboanga, en Mindanao y Manila, en Luzón… Tratando de aprender a no hacer planes cuando no se necesite y a hacerlos cuando sea preciso, y estrenando el año en la metrópoli, yo que provengo de sitio pequeño…


El año que empieza con la sequía y termina en cuarentena

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Sin fotos, porque las palabras son más que suficientes hoy.



El pasado día 8 de marzo hizo un año que aterrizamos en Manila. El tiempo pasa rápido, pero echando la vista atrás han sucedido demasiadas cosas. Si algo tiene vivir en Filipinas es que no te aburres, siempre pasa algo, como una aventura constante. 

Sin contar el tema político o de Derechos Humanos, que daría mucho para contar, sólo voy a centrarme en este post en los temas naturales. Y es que este año empezó sin agua y ha terminado sin calle, y no ha habido ni un solo mes que no pase nada.



Marzo de 2019, el niño:


La llegada con mi familia fue a Makati, el distrito financiero de Manila. Desde fuera de Filipinas se ve a este casco urbano como una ciudad, pero son varias, con distintos ayuntamientos, y Makati es una de las más ricas de ellas. La idea al llegar a un edificio nuevo de esa zona era estar cerca, caminando, de los lugares donde iba a tener las reuniones de los primeros días.


En principio todo parecía estupendo: un “airbnb” en un lugar estratégicamente situado, barato, en un edificio nuevo con piscina… pero la realidad cuando se llega a la otra punta del mundo puede ser otra: una nueva construcción en un barrio que no parecía del todo seguro, con tráfico imposible para andar con una peque de año y medio, y con una piscina parece que no demasiado funcional. Y claro, es que no estaba en servicio porque justo llegábamos en un momento de sequía.


El fenómeno se llamaba “El Niño”. Sin agua de 8 am a 7 pm en muchos barrios, sobre todo los más humildes, y tocó la zona del edificio. Las sequías en esta zona tan poblada pueden ser comunes, cíclicas cada año, ese fue el primer aprendizaje al llegar: no dar nada por hecho, tener la mente abierta y comprender.


Y es así como rápidamente tratamos de mudarnos a nuestro nuevo piso, en el que sí había agua.



Abril de 2019, terremoto en Luzón:


Y al poco tiempo de llegar, cuando todavía estábamos instalándonos con todas nuestras cosas y reparando el aire acondicionado, un gran terremoto tiene lugar. Es conocido que esta zona del mundo es bastante inestable sísmicamente hablando, y lo pudimos constatar en el piso 24 en el que vivimos. 

Aunque otra mucha gente lo sufrió más, porque con esa magnitud las casas de construcción dudosa no sobreviven, pero es que las buenas también pueden verse afectadas. Todo tiene un límite.



En este caso el epicentro fue al norte de la isla de Luzón, donde está Manila, con lo cual las poblaciones más afectadas fueron aquellas pequeñas al norte de la capital.



Mayo de 2019, los golpes de calor:


Y es así como entramos en el mes de mayo, cuando el calor extremo empieza a hacerse notar. A principios de mes recibo un sms de la agencia nacional de alertas que dice que cuidado al salir a la calle, que trate de no estar fuera a mediodía y que me cubra bien. Y es que la humedad con esos cuarenta y tantos grados contantes al sol no son sanos. Algo parecido al verano en el sur de Europa, pero mucho más “pegajoso” y puede llegar a ser peligroso si te expones mucho.


Es por esas épocas cuando empezamos a hacer nuevos amigos y salimos al parque con niños… y nos volvernos corriendo a mediodía.



Junio a septiembre de 2019, lluvias y más lluvias:


Como si el calor hubiese hecho elevarse el agua de la tierra y tuviera que caer hasta volver toda a su lugar, así como para que todo esté donde tiene que estar, de ese modo intenso empiezan las lluvias. Un día por la tarde el cielo se cubre, llegan los relámpagos, y ya ningún día más por la tarde durante cuatro meses vuelve a estar despejado. A veces tampoco por la mañana. Día y noche de duchas o paraguas, pero sin frío, lo cual no se lleva mal. Con chanclas al cine y a reuniones, con charcos que Mila salta como si no hubiera un mañana… así pasa la época de lluvias.


Y pasar el tiempo mirando por el ventanal hacia las nubes grises oscuras, esperando que no llegue un tifón y choque contra la ventana, de la misma forma impetuosa que lo hacen las gotas, adornadas por la luz de esos relámpagos de fondo. Y no salir mucho porque no se encuentra transporte tan fácilmente.



Agosto y septiembre, el brote de dengue:


Si algo malo tiene de lo que traen as lluvias es que el agua que queda estancada provoca brotes de enfermedades endémicas en Filipinas como el dengue. Todo el año hay algunos casos, pero en esta época se disparan y comienzan a ser realmente preocupante para alguien con una pequeña familia. El repelente y la vitamina b no faltan, todo remedio contra los dichosos mosquitos es poco. Son molestos, no me importa que piquen si tienen que alimentarse, pero es que lo que no saben el mal que hacen.


O lo saben pero la naturaleza hace su parte, en lugares superpoblados. Una pena para las personas, algo irremediable en muchos casos. El dengue en Filipinas es fuerte, si te toca el hemorrágico es complicado recuperarse.


Una vez más, sanos.



Octubre de 2019, mes de inundaciones de Zamboanga:


A veces pasa también que una región u otra del país no tienen las lluvias al mismo tiempo. Y ese fue el caso del año 2019. Cuando parece que amainan esos días grises en Manila, de repente un día recibo noticias de inundaciones en Zamboanga. Desde la distancia, con llamadas con mis compañeras, activamos una emergencia. Mucha gente, entre ella la más pobre de la ciudad, se queda sin casa o sin poder entrar a ella por semanas.


No es raro activar un pequeño fondo de emergencia que tiene el proyecto con el que trabajo ahora, por eso mis actuales compañeras lo incluyeron en el presupuesto, para situaciones como esta, para poder actuar rápidamente.



Noviembre de 2019, terremoto en Mindanao:


Y tras las inundaciones, cuando ya parece que todo estaba recuperándose y que llega la época más tranquila del año (de noviembre a febrero), hay un terremoto en Mindanao. No en Zamboanga, pero cerca, y de nuevo comienzan los desplazados y las emergencias, aunque esta vez no nos toque tan de cerca.


De hecho en Filipinas no hay ninguna crisis constante como en otros países en los que he trabajado (Mauritania, Argelia,…) pero lo que hay son muchas emergencias seguidas a lo largo del año. Eso es seguro, las emergencias van a aparecer, hay que saberlo al aterrizar. La gran falla que pasa por aquí y que llega hasta América hace su parte en el caso de los movimientos de tierra.



Diciembre de 2019, el gran tifón:


Al igual que también hace su parte la situación estratégicamente negativa que tienen las islas del centro de Filipinas (zona de Visayas), situadas en lo que se llama el “corredor de los tifones”. Ningún año se libran de alguno o varios de ellos y tampoco lo han hecho el pasado. Pero lo extraño es tener un gran tifón tocando Manila, ya que está más al norte y no es el lugar normal donde suelen haber estos problemas tan graves.


Pero llegó ese gran ojo, al centro de la mega urbe, al ladito de mi casa donde la familia me esperaba llegar el sur. Por supuesto no pude salir de Zamboanga y me reportaron que estaban bien en ese piso alto en el que vivimos, viendo las nubes, sin salir y sintiendo los vientos golpear la venta con una intensidad que daba que pensar.


Aunque de nuevo más nada pasó. Es que ni era la época de tifones ni era el lugar ;)



Enero de 2020, y el volcán erupciona:


Para lo que siempre es el lugar o la época posible es para la erupción de uno de los tantos volcanes que hay en el país. De hecho el Taal, muy bello, situado en el centro de una laguna que habíamos visitado sólo unos días antes, explosionó sin aparente previo aviso, salvo para los entendidos. La gente normal, a pesar de saber que vive en un lugar con un volcán activo, se quedó atónita mirando como si la ceniza y la lava no fueran a llegar.


Y la lava no afectó tanto como se esperaba, pero la ceniza llegó a la puerta de nuestra casa en Manila, a dos horas en coche. No salimos por tres días y todo se puso gris. Nunca había vivido dentro de un cuento.



Febrero y marzo de 2020, pandemia global:


Aunque el mayor cambio estaba por venir sólo un mes después, y no solo en Filipinas sino en todo el mundo.


Mientras estaba guardando las mascarillas que usaba  para poder respirar el aire de la ciudad con ceniza del volcán porque ya no las necesitaba, escuche la noticia: pandemia. Y no podía esconderme de ella ni siquiera estando aquí tan lejos de casa, con lo cual tenía que volver a sacar las mascarillas, lavarlas, prepararlas junto a guantes, comprar provisiones y esperar en casa hasta el día de hoy.


20 días  y contando. Queda mucho camino por delante. Toque de queda de 8 de la tarde a 5 de la mañana. Policía y ejército armado en las calles. Una lucha contra este COVID-19 del que todo el mundo habla ahora y en el que no se puede dejar de pensar.


La vida, más que una película.




Metadiario

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Pensamientos inconexos de hoy.


Normalmente suelo organizar estas publicaciones con tiempo. Primero, durante mis viajes o las actividades que me han motivado, tomo nota a mano de aquello que me gustaría que se sepa o de lo que considero interesante. Después, preparo un escrito, o bien en un papel o bien en un documento de ordenador, con las ideas fuerza y cómo enlazar todas ellas. Finalmente, desarrollo esas ideas en varias sesiones y trato de dar cuerpo a post nuevo para mi blog.


Este no es el caso.


Hoy, sábado 15 de mayo de 2020, me he encontrado de repente delante de un ordenador porque están ayudándome a limpiar mi cuarto y no voy a dormir la siesta mientras Mila duerme. Hoy, de repente, he pensado que esa horita que tengo libre puedo aprovecharla para escribir algo que me salga de dentro en estos momentos de confinamiento.


Y aquí estoy, tecleando esto.


Me declaro culpable de no haber disfrutado lo suficiente de Filipinas desde que he llegado. Una persona es siempre esa persona y sus circunstancias, eso está claro, pero no debo encontrar ninguna excusa para no aprovechar al máximo cada lugar en el que vivo. Y no lo hice aquí al llegar.


Hoy por fin he aprendido que estoy en este lado del planeta y no en otro. Salamat.


Hace años tenía un diario, que me duró hasta 2012, justo cuando comencé con raquelicayni. Este blog ha supuesto un cambio en varios aspectos, y uno entre todos ha sido la forma de canalizar toda esa energía escritora. Prueba de ello es que al abrir este espacio dejé de escribir en esa libreta, pero he pensado que debería mantener las dos cosas, sin presiones conmigo misma, pero no olvidar ese pequeño diario.


Y su símbolo de reiki al reverso de la contraportada.


Era como un libro. Contaba mis movimientos por aquí y por allá como si fueran cuentos, historias. Recuerdo que llegué a pensar en que en un futuro quizá se publicase. Nada más lejos de la realidad, porque estaba en una libreta que se quedó a mitad y que he encontrado hace unas semanas haciendo limpieza. Lo que sí me ha encantado ha sido leerlo y pensar por qué siempre he mandado e-mails a todo el mundo, por qué creé este blog, y por qué escribí esa libreta.


La vida.



¡Atención! Obras en la calzada… o el privilegio de cuidarse.

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Pasados cuatro meses y medio sin ver el mar ni casi la calle, llega el momento de tratar de salir de la jungla de asfalto, la de cualquier ciudad enorme. Y en este caso alquilar un coche, tramitar el permiso de viaje, hacer las pruebas de salud respectivas, y con máscara y desinfección del auto salir por fin.

Conduciendo, con GPS descargado, los seres que más me importan en el mundo en el asiento de atrás, sin conocer a dónde vamos porque hasta el momento no hemos tenido la suerte de salir hacia esta zona, lloviendo a cántaros (época de tifones) y con obras en la vía, siento la responsabilidad y la libertad juntas. Esa sensación la pienso, e inmediatamente se me coloca con sus mariposas en el estómago, para finalmente, tras curvas y curvas de montaña, llegar. Y pienso cómo puedo tener tanta suerte.

Pero el privilegio es el de poder salir de la rutina por una semana para cuidarse la salud en todos los sentidos. Y no es para todo el mundo. Quizá sí para el vecindario de mi la cara burbuja en la que vivimos, quizá si para algunas personas con las que he crecido, pero no para todas. Y esto, dicho con la cabeza baja, sin ánimo de parecer paternalista, pero con sensación de privilegio mezclada a la de libertad y responsabilidad.

San Felipe. Así se llama el pueblo de la zona de Zambales que nos ha acogido por una semana con sonrisas, como todo lugar que hemos pisado en Filipinas. Con sus dos caras: la bonita naturaleza, el mar y la montaña que le rodean, y la dura vida del campo que se atisba viendo pasear a sus gentes. Dura y bella al mismo tiempo.

De camino, una buena autopista plagada de campos de arroz, seguida por un lado verde y otro azul, a continuación mercados, triciclos, check-points de esta enfermedad llamada COVID-19, muebles de madera maciza y barcas para traer el pescado. A la llegada una buena casa, de las pocas con agua corriente, luz y aire acondicionado todo el tiempo. Contraste de mansiones que tienen eso y más con casas sin nada. La nuestra, un airbnb con dueño que vive en EEUU, que por casualidad está allí durante sus vacaciones y nos muestra lo poco que se puede hacer en cuarentena: nadar. Y un ayudante del dueño que hace que esos días no los olvidemos. Salamat, kuya!

La gata, encantada con una gatito callejero, despellejado, blanco en contraste a ella, que se come las sobras de nuestros gambones al ajillo. Mila durmiendo a las 6 de la tarde, reventada de tanto sol y mar. Y el resto de la familia descansando el espíritu. Y el travel pass para vuelta, tramitado y en el bolso.

Poco más hay para comer de vuelta por el camino que un McDo rápidamente en el coche, ya que la peque no pueden salir a restaurantes por los requisitos de la cuarentena, pero el segundo viaje se hace cómodo y con más sonrisas. Y de nuevo al confinamiento de la capital, por siempre de momento, hasta que se nos comunique lo contrario.



Agosto de 2003 - Hola desde Nairobi

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No, no me he ido a Kenia ahora. Hoy simplemente empiezo una serie en la que voy a compartir correos electrónicos que enviaba desde cada uno de los lugares a los que iba, a mis amistades y familia. 

Hasta 2002 escribía cartas a mano, quizá un día busque y escanee alguna. Fue en el verano de 2003 que empecé a mandar correos masivos desde hotmail, luego desde yahoo y más tarde desde gmail. Hoy ya he perdido esa costumbre, pero como fue a causa de esos mails que empecé con este blog, les voy a rendir un pequeño homenaje. 

Iré desde 2003 hasta 2010, por orden cronológico. No voy a cambiar ni una palabra, porque es así como me expresaba en cada momento, y en las expresiones se ve como cada persona va madurando.

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¡Sasa ma beste!

Niko salama sinaneno (estoy estupendamente). Perdón por haber tardado tanto en escribir, pero estoy muy ocupada aprendiendo swahili como podeis ver... :-)) ¡Te he hecho caso Laura!

No tengo mucho tiempo para conectarme a internet porque sólo podemos utilizar este ordenador, que no está en la casa en la que estamos viviendo, así es que creo que hasta dentro de otra semana como mínimo no podré volver a escribir.

Estamos súper ocupadas aquí. El día se hace súper corto porque tenemos que preparar actividades para mas de 150 niños y clases de matemáticas y de inglés... ufff. Hoy es el primer día libre que hemos tenido (los jueves no vienen los niños al centro) y nos hemos puesto la ropa de turista para venir a Nairobi a comer y a ver algún museo... con una chica del barrio donde estamos, Mutuini, que es súper simpática.

Esto es increíble, nos tratan genial. Comemos y dormimos un montón porque estamos hechas polvo. Hay mucho trabajo... No sé cómo los chavales pueden tener tanta energía... Tengo mogollón de agujetas de seguirles el ritmo.

Bueno, un besazo enorme para todos. Nos vemos en tres semanas... mientras... ¡¡disfrutad de lo que queda del verano!!

¡Ah tata! Gracias por tu mail, ¡¡¡¡me ha hecho mucha ilusión!!!!

Muaccccssss

KWAHERI!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Raquel

Enero de 2004 - ¡Feliz año!

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Durante el año 2004 viajé por Europa y norte de África, pero no escribí ningún correo electrónico allí por falta de lugar parra hacerlo y porque, sinceramente, creo que estaba más entretenida en hacer otras cosas y en conocer sitios que en escribir e-mails... pero ya para el día de año nuevo de ese año tenía de todo en la mente y energías para moverme de aquí para allá. Fue un privilegio el poder conocer, y compartir momentos con gente de lugares tan distintos.

2004 sería un año de contrastes, del calor al frío, pero yo aún no lo sabía cuando para el año nuevo tecleaba desde Valencia...


Targu Mures, Rumanía, enero de 2004 (1ª y 2ª foto).
Vaduz, Liechtenstein (3ª foto) e Inssbruck, Austria (4ª foto), abril de 2004.
Hassi Labiad, Marruecos, agosto de 2004 (6ª y 7ª foto).
                                  

HOLA A TODOS!!!!

FELIZ 2004!!!!

Muchas gracias a aquellos que me habéis escrito, me ha hecho mucha ilusión. Seguid así.

Espero que hayáis aprendido mucho en este 2003 y que el 2004 venga cargado de nuevos recuerdos. Recordad que cada día es un regalo y que cada un@ de vosotr@s es únic@.

y...

...a aquellos que estáis en Elda deciros que no sólo estáis allí "cuidando el pueblo" como alguno de vosotros decís. Es genial saber que hay alguien allí esperándonos a los que estamos fuera y que te enseñan que no es necesario irte de el el lugar donde has vivido siempre para seguir madurando cada día. Yo lo he necesitado pero vosotros no. Os quiero un montón.

...a aquellas pocas de Alicante, que no quiero perderos el contacto, eh!! Sabéis que habéis que podéis seguir contando conmigo para lo que sea. Aupa las sociólogas. Un beso enorme guapeton@s, ya veréis como poco a poco vamos teniendo suerte.

...a los que están en Madrid, que os echo mucho de menos porque nunca conocí en tan poco tiempo tanta gente que merezca la pena de golpe ni que me hiciera plantearme tantas cosas sobre este pequeño mundo en el que vivimos. Que valéis un montón y no es peloteo. Quien sabe, quizá vuelva para allá pronto...

...y a los que andáis perdidos por el resto de España o incluso por Europa (y alguno que otro fuera de Europa) deciros que cada uno de vosotros me ha aportado algo y que siento no estar más contacto pero ya sabéis lo que cuesta estarlo... mucha suerte en aquello que estéis haciendo, sobre todo a Sonia o Maria Theresa, que aquí os espero para lo que queráis. Y lo mismo digo al resto!!!!!!!!!

Un beso enorme a todos!!! Gracias!!!!!!!!!!!

Raquel

Agosto de 2005 - Viracocha

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2005, año en que pasé de vivir la cultura y la política vistas “desde fuera”, a ser parte de ello. Bolivia, siempre convulsionada, me permitió quedarme los 12 meses y vivir cosas que nunca se volverán a repetir, en todos los sentidos: social, profesional y personalmente.

Dicen que todo pasa por algo, y resultó que alguien en las oficinas del gobierno de mi región decidió darme una beca para ir allí. Yo esperaba ir al África subsahariana y acabé en los andes… nunca podré agradecer lo suficiente esas cosas que el destino pone por delante.

Quien soy a día de hoy se debe a ese año, que cambió por completo mi vida y la forma de ver las cosas. ¡Gracias a mi segunda patria, Bolivia, por acogerme siempre y por darme la familia que tengo!

Hoy leo estos correos y los escribiría de otra forma, pero en esos momentos fue así como los redacté, y así comparto este de septiembre de 2005, uno de los 4 que envié a familia y amistades, que resume una muy pequeña parte de todo eso vivido.

Y para todo lo demás que llevo dentro de Bolivia, no hay palabras.


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Viracocha

...Viracocha representa para los aymaras el esplendor originario o El Señor, Maestro del Mundo. En realidad fue la primera divinidad de los antiguos Tiahuanacos, que provenían del lago Titicaca. Surgió de las aguas, creó el cielo y la tierra y hoy en día es el protagonista del primer festival de promoción de la cultura andina que se celebra en el lago.

He estado por allí, en Copacabana, a las orillas del Titicaca este fin de semana, tratando de celebrar el mes de la Pachamama. Los campos se preparan para la nueva siembra, las ceremonias se suceden, se sacrifica la Llama y se entierra para el próximo año, en este mes dedicado a la madre tierra en el que lo bueno y lo malo se decide.


Apolobamba, Departamento de La Paz, Bolivia, marzo de 2005

Ha habido danzas tradicionales, grupos, cerveza Paceña (no había Huari, que es la que a mí me gusta, pena) y cantidad de bolivianos, peruanos, ecuatorianos, turistones, cooperantones... todos bailando y esparciéndonos en esa tierra que se forma en el ambiente de la época seca. Después he andado hacia la "horca del inca" y hacia el monte del calvario, a que un yatiri me leyese las hojas de coca. ¿Sabéis lo que me dijo? ¡Que voy a poder trabajar aquí y en España y voy a tener que elegir! ¡A ver si es verdad! Y otras cosas sobre familia, salud, amores y demás, ¡ya os contaré a ver si se me han hecho realidad o no!

El fin de semana ha sido, por tanto, tranquilo, alejada de la ciudad en la que paso casi cada fin de semana desde hace 7 meses y tratando de encontrarme conmigo misma. Ahora estoy más relajada y dispuesta a disfrutar estos últimos 4 meses tratando de ver qué hago después y siempre con el corazón abierto a lo que pase, que lo que tenga que venir, bueno o malo, ya se verá ¿no?

Y ahora ya estoy de nuevo en La Paz, tratando de escaparme para las tierras de los cambas de Santa Cruz a quedarme pasando calor por un mes y preparándome para mi debut como expositora en una reunión que me trae de cabeza. En fin, trabajillos de la AECI.

Como no veo muchos correos electrónicos por aquí desde hace semanas, imagino que estaréis disfrutando. Es bueno cuando no se tienen noticias, casi tanto como cuando se tienen, porque eso quiere decir que la gente está a gusto. ¡Pues ale, a seguir bien!

Nos vemos pronto, ya casi antes de que me dé cuenta. No desesperéis que la Raque hará lo posible por estar allí el 21 de diciembre (bueno, es un decir ya sé que desesperar, lo que se dice desesperar, no se desespera nadie, jejeje).

Chao, os escribiré pronto otra historia, en unas semanas...

Raquel


PD: Para los que me pedís que os mantenga la tanto de la situación del país, ahí va lo que les he escrito a la Generalitat en mi último informe mensual, para ir contándoles1. ¡Ale, a empaparse de Bolivia, que luego os hago examen cuando vuelva!


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1 La precampaña y preparación para las próximas elecciones del 4 de Diciembre han protagonizado el panorama político y social en Bolivia durante este mes. Desde los medios de comunicación se anima a los bolivianos y bolivianas a registrarse para los comicios mientras el MAS de Evo Morales, que ha llegado a un acuerdo con el MSM (Movimiento Sin Miedo) del alcalde de La Paz Juan del Granado y con las cooperativas de Mineros de La Paz, aparece como uno de los favoritos.

No obstante, la apuesta más importante es la del ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez, con su Agrupación Ciudadana Alianza Siglo XXI. Mientras, otros partidos políticos recientemente han anunciado a su candidato, como el caso del MNR: Michiaki Nagatani, al cual se vincula con el antiguo presidente Sánchez de Lozada.

Estos datos se han publicado el pasado 21 de Agosto, en una encuesta preelectoral que muestra también que el 21% de la población dice que no votaría por ninguno de los candidatos presidenciales y posibles postulantes; en blanco o nulo. Al margen de ello, el 7% no precisa por qué candidato se inclina.

(…)

Haciendo una comparación de los resultados de este sondeo, en relación con la anterior llevada a cabo en julio, la empresa Apoyo Opinión y Mercado Bolivia establece que Quiroga mantuvo el 22% de respaldo; mientras que Morales tuvo una subida del 16% al 21%. También muestra la caída en 1% del candidato del UN, Samuel Doria Medina, quien está con 14% de apoyo.

Santa Cruz y Cochabamba dan un importante apoyo a Quiroga, mientras que La Paz y El Alto respaldan a Morales.

(…)

La mayoría de las noticias que aparecen en las portadas y noticieros están relacionadas con las elecciones. No obstante, las acciones desarrolladas por el actual presidente, Eduardo Rodríguez, están siendo de diálogo, tratando de mantener la tranquilidad en el país hasta los próximos comicios. Temas como la ley de hidrocarburos están siendo bastante complicados, aunque todo apunta a que continúe la “calma relativa” hasta diciembre.


Mayo de 2006 - De vuelta a las andadas

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Y 2006 empezó en Barcelona, tratando de volver a las Españas, pero terminó de nuevo en Bolivia, porque no podía quedarme en la ciudad condal, al menos no podía hacerlo todavía. Algo me impedía seguir con el primer trabajo que había tenido con contrato, después de ser la eterna becaria por más de 3 años.

Ese algo era más bien alguien y me esperaba en el aeropuerto de Perú, con las maletas hechas para vivir una nueva aventura que empezaba 36 horas por tierra en el desierto y dura hasta hoy, en distintas partes, como errantes, tratando de sacarle el jugo y lo mejor a cada lado.

Ese 2006 estuve de nuevo 4000 metros más cerca de las estrellas, por un segundo año consecutivo, para probar que se debe seguir al corazón de vez en cuando, y no siempre escuchar a la cabeza. Puede salir bien, también puede salir mal, pero siempre sin arrepentimientos.


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Como siempre la cabra tira pal monte...

Si estuviera en Elda tiraría pa los moros y la boda de la Raque, pero como me encuentro en el altiplano, disfruto de la vida como boliviana por un tiempillo más!!!

Desde que llegué cada vez me encuentro algo mejor aunque con altibajos (los primeros días han sido raros). Mi viaje a Perú fue genial. Ver a Peti después de 5 meses increíble, sea lo que sea lo que pase entre nosotros a partir de ahora se que él es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo y que he hecho lo correcto. Además ver el océano pacífico de cerca y mojarte los pies en él es DEMASIAO. Imaginar lo grande que es quita el hipo y el ceviche peruano (pescado y marisco crudo macerados con limón y acompañados de camote, que es como boniato) está bien rico. 

Hoy ya os escribo en mi quinto día en La Paz desde mi casita nueva... mi casita por no se cuánto tiempo, bien chiquitita y bonita ella. Tenemos lo justo pero de todo, y estoy en el centro de al ciudad tal y como me gusta. Desde ayer ya no tengo sorochi (dolor de cabeza y falta de aire por la altura) y estoy tratando de reintegrarme. Han pasado 5 meses y varias cosas han cambiado, pero tengo muy buena sensación y ganas de hacer cosas...

El viernes empiezo mi voluntariado y en un par de semanas (después de un viaje al campo con una amiga que trabaja en la selva) mi promoción entre las ONGs españolas en búsqueda y captura de curro. Deseadme suerte!!

Bueno, eso, a estar bien, os seguiré contando en cuanto vaya teniendo un ratito, que desde que he llegado no paro... Nos vemos en moros por la web!!!!!!!!!!!!

Raquel



Septiembre de 2007 - Diario de llegada

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Angola. Este correo me gusta especialmente. Siempre he dicho que África me provoca esa doble sensación de preguntarme por qué estoy allí pero querer volver a toda costa, y eso se reflejó a mi vuelta allí cuatro años después de la primera vez, con este correo sin saludo, entrando directamente a las impresiones y emociones.

Las cosas que aquí conté y las fotos que tomé hablan por sí solas.

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La TAP parece que suele llegar puntual. Al menos la aerolínea portuguesa sigue volando a Angola por las buenas relaciones entre los dos países, ya que después del bloqueo europeo a la TAG (aerolíneas de Angola) resulta difícil viajar.

Creo que soy demasiado exagerada con la maleta, me he pasado, los taxistas también se han dado cuenta: Não não, não quero chamada, tampoco taxi obrigada… Se sou portuguesa? Não, estou a esperar a uma colega, obrigada. Erna de Intermon cree que voy a llegar más tarde porque de repente han cambiado el horario de vuelo. Ya está aquí.

No sólo entrar al país y tener listo el visado es complicado, Luanda en sí no parece una ciudad ideal para vivir (gran ciudad a la africana con mucho de todo: riqueza, más pobreza, contaminación, playa, puerto, crecimiento descontrolado, superpoblación urbana), aun así tiene casi 4 millones de habitantes.

La verdad es que podría pasar por angolana. Nadie me mira por la calle si me muestro segura y creen que soy de aquí porque está lleno de blancos (que se llaman a sí portugueses pero aunque quieran ya no son y trabajan tan duro como todo el mundo, a pesar de seguir yendo a sus lugares desteñidos).


Luanda a Huambo, 29 de Septiembre de 2007

No recuerdo
 como se llama, pero es cubano, trabaja cerca de Huambo y va en avión para hacer un puente, dice que lo hace solo por dinero, por ganar en dólares y tener el dinero limpio para su familia. La verdad es que he podido hablar con él bastante… 4 horas de retraso dan para entablar relación. Su tío estuvo aquí en la guerra, le mandaron desde Cuba. Se considera comunista pero le siento conservador…

Después de 2 años aquí lejos de su familia (y le queda otro año) conoce cosas para ponerme al día.


Huambo, 30 de Septiembre de 2007

Apunte mental: el fundador de la ciudad de Huambo (en su momento Nueva Lisboa) era portugués, y el promotor de la independencia, Agustinho Neto, ese sí fue angolano: La independencia fue en el 75, aunque aún no lo ha sido.

Me falta la respiración. 55 días… en una ciudad como esta que hoy es tan tranquila… 55 días seguidos de fuego cruzado entre UNITA (ejercito con apoyo de EEUU) y MPLA (Rusia, Cuba…) y la gente que no sabe ni de que bando es… y desde fuera, en otras zonas del país, que les tachan de los dos bandos. Fueron 5 años de la UNITA, esto fue en los 90, la guerra aquí solo duró 55 días, cuando MPLA decidió recuperar la ciudad. La mayoría de los edificios no han sido reconstruidos desde entonces. No es necesaria la memoria histórica, esto ha sido hace nada.


Huambo a Kuito, 8 de Octubre de 2007

Dicen que hay cerca de 160 tanques. Todos ellos están al borde del camino volcados, pintados con mensajes de amor o graffitis como si fueran la separación de carretera. Todo normal verlos; el primero lo quieres fotografiar, el segundo te parece increíble tan cerca del primero y el tercero ya es parte del paisaje.

Hay también señales en rojo y pilas de piedras pintadas de blanco. Significan campos minados. No es bueno que la gente cuando piense en Angola sólo se le venga esta imagena la cabeza, no es lo unico que hay, pero aun hay. Quiero bajar a hacer mis necesidades pero mejor me espero a Kuito, es la primera vez en mi vida que puedo llegar a sentir muy de lejos lo que se vivió y que aun queda en las cabezas de la gente. Al menos no existen muros a la hora de contarlo y mis dos colegas, Vitoria y Pascoal me cuentan viajando en el coche lo que vivieron ellos y cómo por ese camino no se pudo pasar durante meses, solo cuando era inevitable para comprar comida y jugándose la vida.

Kuito, 9 de Octubre de 2007

PROMAICA es una organización que fue creada con apoyo de los Hermanos Maristas pero hoy en día son mujeres con un potencial increíble, una organización frágil de las que ahora está surgiendo apoyadas con la cooperación que queda después de la salida masiva tras la emergencia. Me llevan a ver lo centros de alfabetización y comemos lanche: chorizo y queso, todo importado, aquí no se produce casi de nada. Para comer me quedo con los Maristas y tienen pez seco, típico de aquí. Esta es una semana intensa para trabajar y para asentar mi cabecita a lo que veo.


Kuito a Huambo, 12 de Octubre de 2007

4 gallinas, 2 sacos de patatas, uno de cebollas, 1 de ajos, 6 botellas de miel bien pura y 4 repollos. Aquí en provincias no paso desapercibida como en Luanda o Huambo. La Kachindele (“blanquita” en umbundu) no sabe comprar en el mercado. Todo es más barato en los puestos cercanos a la carretera y vamos parando.

Huambo, 14 de Octubre de 2007

Vuelvo a la oficina, a plantearme cosas y organizarme el trabajo burocrático de la semana que viene, al menos ahora conociendo un poco de qué va lo que hago en Barna y sabiendo que durante un mes más puedo salir por la puerta y ver algo distinto a lo de siempre. Aunque la mayoría del tiempo estaré desconectada también aquí, incluso en Angola.


Os mandaré fotos dentro de un tiempo... e, como todos os dias, muita força pelo camino que ainda fica por caminar.


Raquel



Mayo de 2008 - Whindoek en mayo...

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Corto pero conciso. Siempre es bello volver al lugar donde surgió la vida, a África. 

Namibia, viaje de unas semanas por trabajo.

Whindoek en mayo...


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... está algo seco, se nota le clima cercano al desierto del Namibe. La llegada al aeropuerto me ha encantado, y el ver que no hay personas en 40 km hasta llegar a la ciudad. Hay mas población de animales que de personas. Todavía quedan sitios así en el mundo...

No tengo mucho tiempo para escribir pero siento que dos semanas van a ser prácticamente nada en un país que da muchísimo para conocer... eso si, para ir de turismo mejor otro porque cuesta una pasta. Va de lujo la cosa.

Estoy genial, todo bien, ya escribiré a mi llegada a Barcelona y os contaré. Aquí mi situación es que tengo pocos días, conexión a internet con tiempo contado, muchísimo trabajo y quiero adelantarlo todo porque no me quiero ir sin ver algo más. Ya sabéis que las oficinas, y mucho más en África, no dejan de ser oficinas y no tiene sentido que me quede mas tiempo sentada aquí frente a la computadora. Mejor cuando vuelva os lo escribo todo, jejeje.

Abrazos enorrrmes, si aprendo a decirlo en africaner, tacana nama, etc. (hay 11 lenguas aquí) os mandare un beso en cualquiera de esas lenguas.

Por ahora, os digo see you soon en la "lengua universal" que por supuesto aquí es la que mas se habla, faltaría mas.

Hasta ahora,

Raquel


Noviembre de 2009 - Chamelecón

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Siguiendo con los correos a modo de diario de viaje... este muy corto de Honduras.

En él cuento todo lo que hice por participar en un taller sobre autoestima para mujeres, para seguir aprendiendo... y no hablo sobre las elecciones pero viví las de este país de 2009 de cerca, con miedo de que algo pasara y tener problemas para salir en avión.

Desde entonces no he vuelto a Centroamérica...

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TENGO ESCRITO ESTE CORREO DESDE LA MAÑANA. AUNQUE PARECÍA QUE NO, LA GENTE ESTÁ PARTICIPANDO BASTANTES EN LAS ELECCIONES DE HOY. A VER QUE TAL...

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Antes de nada, gracias por contestar. Os contaré más cosas un@ a un@. Solo os adelanto que vuestras palabras me sirven un montón siempre.

Hoy no me muevo de mi alojamiento de San Pedro Sula por precaución. Pensaba ir a las ruinas mayas de Copán pero tendrá que ser en otra ocasión. En lugar de eso saco tiempo para escribiros una impresiones con fotos de estos tres días que salí de la oficina.

Viernes 27 de Noviembre de 2009 - Chamelecón

He acompañado a una compañera a una charla sobre autoestima a las mujeres de Chamelecón, a 10 minutos en auto del centro de salud mental donde me hospedo. La psicóloga trabaja desde hace 2 años en este centro, o sea, desde que se abrió. Parece que tiene las cosas claras. Todas las mujeres son madres solteras o solas, pero todas y cada una de ellas también tiene claro cómo puede ayudarse a sí misma y lo que puede hacer por su comunidad sintiéndose bien con su entorno. Es fenomenal que ellas elijan ser todo aquello que salió en la charla. Ojalá hubiera más horas para hacer cosas con ellas, más que una simple tarde. Una tarde no es nada.

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Junio de 2010 - Karibu Mbudya kisiwa na Tinga Tinga

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Desde Tanzania, en 2010, me dio tiempo a enviar sólo dos correos. Me llamaron para incorporarme a Ecuador y tuve que decidir si quedarme allí o no... pero los pocos días que pude observar sus paisajes y el día a día del que podría haber sido mi hogar se me quedaron grabados en la retina.

En junio hablo desde Dar es Salaam y en julio desde Kigona, en el interior del país. Dos correos, parte de una historia de vida...


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JUNIO

Karibu Mbudya kisiwa na Tinga Tinga = Bienvenid@ a la isla de Mbudya y a Tinga Tinga.

Esa frase de arriba no estoy segura de que esté bien, pero pretende ser un intento de suahili.

Ya casi una semana en Tanzania. De los primeros días, a mil en la oficina y encantada de salir y ver que estoy de nuevo en África.

Tras 4 días de trabajo he gastado 2 entre la isla de Mbudya (reserva natural a 15 minutos en lancha de Dar Es Salaam) y el mercado de arte Tinga Tinga, con artesanías coloridas donde las haya que no puedo comprarme porque no tengo mucho sitio en las maletas. Todavía no me las he deshecho desde que salí de Valencia... Y con un despiste de los míos: sin cámara de fotos! Como soy un poco pirata os paso dos imágenes sacadas del google para que os hagáis una idea de la isla de Mbudya, ya que he estado almorzando en las sombritas que aparecen en una de estas fotos. La próxima vez haré unas mías porque es una maravilla! Que bien vivo, no? ;-P. También os paso uno de los cuadros de arte Tinga Tinga, típico de aquí.


Todavía no he llegado a mi destino final, Kigoma, pero la parada de más de una semana en la capital me está permitiendo situarme, como dicen por aquí, “pole pole” (poco a poco) con el trabajo y el país, lo cual es mucho mejor, ¡no vaya a ser que con las prisas no entienda bien donde estoy!

JULIO

La vista del lago... está por todos los lados, pero una no se cansa. La vida aquí sería viajar al compound de Ngaranganza (compund se refiere al grupo de casas de trabajadores en los campamentos de refugiados de Congo y de Burundi) y descansar a la vuelta a Kigoma viendo la puesta de sol. Sería conocer más acerca de la llamada guerra del coltán del Congo, por la cual hay decenas de miles de personas aun hoy refugiadas en Tanzania y de las que ya nadie oye (si es que alguna vez lo ha hecho) - mirad sobre el coltán en Internet y para qué sirve, Congo es el primer productor del mundo -. Podría haber contado casos personales que sin ánimo de ser sensiblera tratarían de mostrar lo que no se ve. Quería escribiros sobre ello.

Hoy estoy mirando al Tanganyka. Ayer vi la puesta de sol con 8 personas, sin repetir la nacionalidad de ninguna de ellas pero con algo en común: siguen aquí porque esto engancha. Pero me queda poco… y a juzgar por lo que estoy conociendo y por como me siento aquí me daría la sensación de haber vivido una vida en Kigoma.

Os hubiera podido contar más en detalle que las personas albinas están perseguidas. Que a pesar de que se denuncia el tema aun a día de hoy siguen desapareciendo y no se investiga lo que hace la brujería (incluso a favor de algún político) con ellos. Y no es que aquí se trate peor a estas personas por ser algo más especiales que las otras. En otros lados, incluyendo por supuesto Europa, habrá casos siquiera más escalofriantes.

Pero a día de hoy os digo que ese ritmo de vida de la casa con jardín al compound no lo tendré. Me marcho por una buena razón… id escribiéndome que ya os contaré a quien no sepa… una brazo enorme desde mi última semana en Kigoma. Es increíble, creí que iba a pasar aquí un buen tiempo, pero estoy contenta del cambio.

Os mando algunas fotos de cómo son las cosas por aquí… solo unas pocas.

Abrazos

Raquel


Noviembre de 2010 - Ecuador, tierra de volcanes...

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Y termino la serie de correos electrónicos antiguos con el lugar donde empecé este blog: Ecuador. Era 2010, un año antes de estrenar raquelicayni, y llegada a la mitad del mundo con un reto importante laboral, lo que por ese momento era un gran salto. 

A partir de aquí, dejo el blanco y negro y vuelvo al color de la actualidad, pero sin olvidar los orígenes de este blog, o lo que me ha traído hasta aquí.

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De energía como de un volcán es esta tierra. De esa energía que hizo que cambiara mi rumbo y viniera de África para acá. Dicen que todo es por algo, y desde luego estoy de nuevo en la zona andina y en este momento desde hace 3 meses en Ecuador, por alguna razón.

Una razón de hoy es escribiros por fín. Me he hecho esperar par algun@ de vosotr@s pero sobre todo para mí misma (ya que una de las cosas que me suelo proponer es no dejar de escribir nunca este tipo de correos), porque la vida va cambiando. Cuando se llega de nuevo a un sitio y sobre todo si un montón de responsabilidades nuevas te están esperando, lo que finalmente suele suceder es que se dedica menos tiempo del debido al contacto. Habrá pues que remediarlo hoy con un pequeño diario, improvisado, de mis 3 primeros meses en la tierra de los volcanes.

9 de Agosto de 2010.

Llega mi avión a la pequeña tierra de la mitad del mundo, esa frágil línea que divide al rico norte del desconocido sur... esa línea invisible que pasa por un país para mucha gente también invisible, pero increíble de conocer. Su fuerza le viene del centro de la tierra. No en vano es uno de los lugares del mundo con mayor actividad volcánica y geológica. Un lugar en continuo movimiento, tanto por dentro como por fuera. Y ahí encima estoy yo, en el aeropuerto, donde me recibe alguien de corbata. Me temo que tengo que acostumbrarme a ciertas cosas acá, va a ser todo un aprendizaje.

14 de agosto de 2010

Dicen que el centro de Quito esta tan lleno de iglesias, que en su momento era la cudad-iglesia por excelencia. El arte colonial está tan bien conservado que aun puede olerse la historia. ¿Qué fue todo lo que se pasó en la plaza grande y cómo es que no conocemos cómo ha afectado eso a nuestra historia? En realidad, esta moderna ciudad andina, algo caótica y algo organizada, algo grande y algo pequeña, algo caliente y algo fría, es un lugar tan acogedor que de primeras una siente que podría no más vivir acá.

16 de agosto de 2010

Primer día de trabajo. Todo un reto conocer el proceso en el que se encuentra el país, lo que en realidad significa el Sumaj Kawsay (Buen Vivir) quechua y como eso está afectando a los cambios políticos y sociales en este momento de transición. Hay muchas nacionalidades y formas de entender el país, y en mi mente solo tengo presentes muy pocas de ellas (aquellas similares a la forma de entender boliviana). La institución de cambio con quien tengo que trabajar por ahora es la Comisión de Transición al Consejo de las Mujeres por la Igualdad de Género (o al menos creo que es así el nombre exacto, porque eso también cambia)... En la primera reunión me doy cuenta de todo lo que tengo que aprender y cómo muchas veces las situaciones laborales y el hecho de tener que decidir me hacen encontrarme con momentos de total tensión, linda tensión, de esa que a una te hace ir aprendidendo de sus errores. Aunque ya se sabe cómo es el ser humano... eso de tropezar varias veces con la misma piedra, toda una verdad.

6 de septiembre de 2010

De vuelta de Lima. Un viaje corto y bien aprovechado (espero). Tres días allá y por fin consigo examinarme de esas dos pruebas pendientes desde Tanzania. Y por supuesto ver a Peti. Durante el viaje echo de menos África pero sobre todo empiezo a echar de menos mi casita en la incesante Quito, ahí con su neblina constante en mi barrio, nublándose y saliendo el sol... y yo pensando qué tiempo hará al salir de casa... una más de esas decisiones quiteñas: ¿Qué me pongo hoy? Y así parece ser que es todo el año. Me canso de preguntar cuándo es invierno y cuándo es verano, pero a pesar de que la línea del ecuador está en el sur de la ciudad (y eso sitúa a Quito en el hemisferio norte) pues eso del verano y del invierno no está claro.

18 de septiembre de 2010

La calle ronda es un buen lugar para celebrar el cumpleaños. Es una calle (bueno, en realidad dos calles en Y) con herencia colonial y con ambiente musical - cultural. Allá pueden encontrarse los tradicionales canelazos (de tomate de árbol o mora, con su toque de alcohol y calentitos calentitos) y las ricas empañadas de verde... el locro quiteño... mmmm qué bien se come en Sudamérica. Quedamos hoy allá, con la poca linda gente que ya conozco. Y para terminar la noche, hay que ir a la mariscal, lugar de copas y de gringos donde los haya. Como soy gringa (extranjera) por supuesto voy para allá.

21 de septiembre de 2010

¿Cómo es que se llama? Riobamba, hoy voy para allá. Parece que está cerca de Ambato. Es una ciudad con los famosos volcanes Cotopaxi y Chimborazo de camino. El cielo está despejado por la mañana. Bien bien, esto promete. El taxi compartido tarda 2 horas más de lo esperado (por supuesto recogiendo gente y tal...) pero llego a la asamblea de mujeres indígenas y campesinas a la que me habían invitado. Buena forma de empezar a conocer cómo se articulan los movimientos sociales y cómo están organizando en esta etapa tras las nueva constitución. Me dedico a preguntar.

29 de Septiembre de 2010

El viaje a Loja finalmente se puede realizar. Es la provincia más al sur, ya casi en Perú. Hay tengo que visitar un par de proyectos binacionales. Loja no tiene una alta población indígena y le llaman la capital musical de Ecuador.

30 de septiembre de 2010

Salgo para las comunidades cercanas a Loja. Creo que se llama Chapotepamba el centro de enseñanza técnica donde voy a dormir esta noche. Me sorprenden la cantidad de nubes que cruzamos literalmente por el camino y el buen estado de las carreteras, incluso para ir a zonas no muy pobladas. De camino en uno de los centros el Director me dice que parece que alguien le ha pegado al presidente en Quito. ¿Cómo es eso? Qué cosa más rara... Y si era raro esto, más curioso es ver cómo se vive un intento de golpe de Estado en la zona rural. Todo sigue como si nada, pero la preocupación es latente. ¿Saldrá Correa de ese hospital donde le tienen retenido? ¿Está Lucio Gutiérrez tras esto o que pasa que la policía se amotina así? Realmente todo puede cambiar y darse la vuelta en cualquier momento. Por suerte en este momento no ha sido así, y solo tengo que decir a la gente que me llama preocupada que todo está bien, que estoy en el campo escuchando a Correa hablar por la radio y que ya me voy para Loja. Pero lo cierto es que por dentro pienso que todo lo que creía que conocía de Ecuador puede ser que se me desvanezca. Una nueva forma de seguir aprendiendo a marchas forzadas, observando lo que pasa. Por la noche todo parece pasarse y puedo reflexionar yendo a Vilcabamba, el valle de la longevidad. Le llaman así porque sorprendentemente hay una media altísima de gente que vive más de 100 años... y hay teorías sobre el agua y tal, pero yo creo que es la forma de ver al vida. Voy a un pueblito donde la gente me sigue enseñando que lo mejor el vivir el momento.

3 de otubre de 2010

Decido que como todavía no he podido escribir e-mails conjuntos voy a abrirme un blog y voy a colgar ahí todo. Le voy a llamar "raquelica on move" y voy a comenzar hablando de lugares donde anteriormente he estado, para después ir escribiendo cada día sobre Ecuador. Estoy toda la tarde viendo cómo funciona blogspot.

9 de octubre de 2010

Fiesta de la independencia de Guayaquil y yo no más en casa empezando a estudiar de nuevo para terminar este año la UNED. Por suerte por la noche salgo al cine a ver "Prometeo deportado", una película que cuenta el drama migratorio ecuatoriano desde la comedia de forma muy teatral. Buenísima la película. No esperaba que me gustara así... creía que no sería especial pero quería ver algo de cine ecuatoriano. Me ha sorprendido gratamente. Os la aconsejo. Tráiler: http://www.youtube.com/watch?v=oyQzI9mNCM0 y http://www.youtube.com/watch?v=S8kuqTLbUso

12 de octubre de 2010

En caso es que hoy he tenido que salir corriendo de casa para llegar puntual a la recepción por el día de la hispanidad, en casa del Embajador. No encontraba taxi... a veces es complicado encontrar taxis en Quito, che.

17 de octubre de 2010

Un compañero de trabajo me ha prestado unas bicis. Está bien esto de que todos los domingos cierren avenidas principales de la ciudad para los ciclistas. Una buena forma de conservar el medio ambiente y los hábitos saludables. Pero pronto tengo que devolver las bicis. A ver si nos compramos dos y nos vamos los domingos a la ecovía (así es como le llaman).

1 de noviembre de 2010

Le vamos a bautizar "el día de la rodilla en el volcán". Comienza con una linda subida al volcán Tungurahua, que está a poco más de 4.000 metros, con el pueblo de Baños en sus faldas, a 4 horas en bus de Quito. La idea es caminar todo el día y de ahí ir a las aguas termales. Pero una posible tendinitis de Peti nos deja cerca de la cumbre. Toda una ventura imaginarnos así a pocos metros de donde ruge la tierra sin poder movernos, esperando al guía... y se hace de noche.. y por el fin Gen, que así se llama el guía, ya llega...pero asustaditos nosotros se sube Peti al caballo con su pierna sin poder moverla y yo bajo con Gen a la luz de la noche... sin ver mis pasos poco a poco descendiendo el volcán. Por supuesto se suspenden las aguas termales y nos volvemos a casita, felices de que hayamos bajado bien el famoso Tungurahua.

18 de noviembre de 2010

Después de unas semanas de mucho trabajo y médicos en Quito, salgo para Esmeraldas. Me voy casi hasta Colombia, ya que esta zona de costa se encuentra en la frontera, para asistir a un par de reuniones. Pero cual es mi sorpresa cuando la segunda se suspende por problemas en la frontera. Realmente el lugar es una zona complicada, de mucho tráfico de todo tipo. Un tanto abandonada diría yo. La mayoría de gente, ni siquiera yo, sabemos las vulneraciones de los Derechos de las personas que allá se producen por el conflicto fronterizo. Y hay gente colombiana refugiada... tengo que volver allá más de 3 días y sin la agenda tan apretada para conocer bien que es lo que pasa. He oído hablar tanto de la situación en Colombia y en cómo afecta a Ecuador, que no quiero seguir hablando del tema y de las muertes que allá se dan, sin haber leído más. 

21 de noviembre de 2010

Decido cerrar el blog raquelica on move. Mejor escribo las cosas en este mail, como siempre, porque ni yo voy a poder darle continuidad con lo liada que voy ni la gente que me rodea entrará mucho. Para poder comunicarme más directamente, de momento sigo eligiendo el mail, o a lo sumo el famoso facebook.

22 de noviembre de 2010

Buenas noches linda bella, me voy a dormir que se hizo tarde. Me emocioné.

Mil besos,

Raquel


Páginas escritas

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En abril de este año he escrito sobre mi diario de páginas en blanco. Hoy mando estas letras al diario de páginas escritas, la segunda poesía del blog.


 

Y sois páginas ya escritas

que ayer volví a descifrar.

Sois remanso en la mañana

tras uno y otro despertar.

 

Y sois ese deseo de algo,

de transmitir sin juzgar,

de noches y días, diario,

de vidas sin etiquetar.

 

Y sois letras, sois cordura,

sois verdad, y sois fe,

sois misterio, sois ternura,

sois un hola, un por qué.

 

Y sois algo delante de nos

mientras trato de ser yo.

Sois diario y veo en vos

magia, confianza, un don.

 

Y sois vida que se conoce,

cada día en su rutina,

que al sentir que se abre

ilumina la monotonía.

 

Y sois, y nada pedís al mar,

sois dar y eso, eso no es azar.

Sois casi un brillo ancestral,

sois esencia, en páginas está.



Violencia, paz y mujeres en Filipinas

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Dejo aquí un borrador de tribuna preparado para hoy, 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, para mi actual trabajo. Es un escrito que trata de ser algo que pueda enviarse a los medios de comunicación. Aprovecho para copiarlo y pegarlo como lo tengo en mi ordenador, ya que finalmente de él sólo se va a usar una parte para dar espacio también a iniciativas de otros continentes.

¿Se puede construir la paz y a la vez contribuir a un mundo más igualitario para mujeres y hombres? ¿Puede evitarse la guerra contribuyendo al descenso de la violencia contra la mujer? La respuesta es claramente sí, y un ejemplo de ello lo encontramos en la región de Mindanao, en Filipinas, la zona más afectada por el conflicto entre religiones que se vive desde hace años en este país del sudeste asiático y que busca la independencia de esta zona respecto al resto del país. Allí, y concretamente en las ciudades de Zamboanga y Basilan, encontramos un trabajo comunitario muy interesante llevado a cabo por una organización llamada ZABIDA (Zamboanga-Basilan Integrated Development Allicance). Esta es la iniciativa que quiero poner como ejemplo de empoderamiento de la mujer y lucha contra la violencia machista, en un lugar donde lo prioritario es la construcción de una sociedad en paz. 

Para entender un poco mejor este trabajo conviene saber que Filipinas está dividida en regiones, y dentro de las regiones hay ciudades y a su vez subdivisiones de los municipios llamadas barangays, que tienen por uno de sus objetivos crear espacios en los que la gente pueda dialogar con la administración pública. Existen muchas y muy variadas asociaciones comunitarias, dependiendo de la necesidad de cada lugar, como por ejemplo de población indígena, de jóvenes, de tercera edad, de personas con discapacidad, incluso aquellas creadas para fomentar el cuidado del medio ambiente. Pero, sin duda, las más activas y las que sirven de ejemplo para otras son las que organizan las mujeres.

No obstante, según los datos proporcionados por la Comisión Filipina de la Mujer y por ONU Mujeres, en 2019 todavía el 16,5% de los matrimonios de este país eran con menores de 18 años, existían 46,9 nacimientos de adolescentes por cada 1000 mujeres y sólo el 29,5% del parlamento era ocupado por escaños femeninos. Además, el 5% de las mujeres dijeron que habían sufrido abusos o agresiones sexuales en el último año y hay una falta de indicadores importante a nivel nacional para saber cuál es la situación real en áreas tan importantes como el trabajo doméstico o diferencias salariales entre sexos. La falta de compromiso de las autoridades nacionales por medir la situación de desigualdad de género hace mucho más difícil saber a qué enfrentarse y hace tan importante escuchar a las mujeres de las pequeñas localidades.

No obstante, éstas viven en un contexto cuanto menos adverso, y más actualmente en la situación de disminución de recursos familiares que se vive por la pandemia de la COVID-19. Eso hace que sus propuestas tengan mayor relevancia e impacto si cabe, y son esas propuestas las que apoya ZABIDA. En sus comunidades ellas son las madres adolescentes, las sobrevivientes de los asesinatos a activistas por los Derechos Humanos, las que sufren la discriminación en el lugar de trabajo, las que reciben y gestionan los ingresos de la economía informal, las que no tienen en muchos casos acceso a recursos tan esenciales como agua, las que a su vez sufren el abuso emocional debido a su condición, y situaciones tan graves como esclavitud sexual y trata, desde bien niñas. Ellas son las que solicitan planes concretos en sus barrios para que sus hijas no sufran lo mismo que ellas, y esos son los planes que se fomentan. 

Pueden encontrarse muchos ejemplos de valentía desde lo local como éstas, que deberían contribuir a la consecución de los planes nacionales, en un país donde la igualdad formal existe, con varias leyes, pero también donde la igualdad real en las comunidades interétnicas e interreligiosas dista mucho de lo decidido en Manila. Para que el país crezca más allá del trauma y la guerra se necesita de las luchas de vida, de la resiliencia de las que las mujeres del sur de Mindanao son ejemplo, para seguir adelante. Las adultas, ancianas y también las jóvenes nos enseñan que no importa la religión, la etnia o el modo de vida, lo importante es la lucha por la igualdad y la no violencia. Escuchémoslas, quizá así logremos encontrar soluciones más claras y reales para ese ansiado camino hacia la Paz.


Nut censurada

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La vida pasa casi sin darnos cuenta, al igual que los días que terminan sin haber publicado en este blog. Hace cuatro meses estaba en Filipinas, hace tres meses en España, ahora estoy en Egipto. El Cairo es el nuevo lugar que me acoge y nos acoge familiarmente.

Porque no es la primera vez que pongo los pies cerca del desierto del Sahara (aquí he hablado mucho de él), ni en el norte de África, pero sí es la primera vez que me acerco al llamado Oriente Próximo, aunque no sé próximo a qué… desde luego a Filipinas no. Es increíble que desde los mapas hasta los nombres que usamos, todo tenga un toque o bien eurocentrista o bien norteamericanocentrista (esta última palabra me la acabo de inventar, pero mis posts no tratan de dar lecciones de escritura correcta).

He encontrado un objetivo para la que espero sea una estancia total de dos años mínimo o inshallah tres años en El Cairo. Pero no lo voy a contar aquí, me lo guardo para que se cumpla, quizá por superstición, pero permitidme la libertad de hablar abiertamente de él por las redes. Mientras tanto, a medida que sigue la vida y el bosque ya permite ver mejor el camino después de año y medio de estricta pandemia en casa, cuento hoy un poco acerca de Ain Sujna (playa del Mar Rojo) y Siwa (oasis en el Sahara del este del país), reencontrándome con raquelicayni y lo que me inspiró cuando lo creé hace justo 10 años. ¿Cuánto más tiempo seguirá?

Ain Sujna

Es un tanto difícil salir de casa y dejar todo listo para que la gata nos espere por tres días y Mila esté preparada. Y entre tanta trapisonda se nos escapa Luminitza hacia la terraza. Casi no nos vamos, pero lo hicimos.

La salida de la capital un día hábil a mediodía es un tanto pesada pero cuando una por fin se encuentra en la carretera al mar, lo único que se viene a la cabeza es lo complicada que es la vida para las y los viajantes (de mente o de cuerpo) desde marzo de 2020. En mi caso, el esfuerzo de los últimos meses ha sido justamente poder ir camino a la costa, aunque sea por un periodo corto.

Dicen que la belleza del mar rojo está bajo el agua. Sus orillas me parecen las arenas del desierto luchando contra las edificaciones, a ver quién puede más, pero no deja de ser un tanto sorprendente el panorama. Sus profundidades son un coral que pude ver en un barco submarino (mucho frio para esnórquel), con bancos de peces, medusas fluorescentes y muy animado. Mientras tanto, la vida de las gentes sobre tierra no deja de ser lo que todas las personas buscamos: entretenimiento de chiquis en el parque, un momento de relax adulto y que la vida diaria se pare.

Y eso pasó en el todavía fresquito de inicios del mes de abril: La vida se paró por un momento, justo al lado de los barcos que por fin ya navegaban hacia el canal de Suez tras unos días estancados.

Siwa

En dirección contraria, a nueve horas (o más de diez, si vas en una furgoneta con tres peques) de la capital de Egipto, ya cerca de Libia, se encuentra un oasis rodeado por 5 horas de carretera con los lados de tierra, rocas, arena y alguna que otra casa de la que una piensa que la persona que viva allí algo ermitaña debe ser.

Sí que es un verdadero oasis de cuento: un palmeral con lagunas en medio de las dunas, un salar para darse un baño que casi podría ser pisando las aguas, un castillo en ruinas pero aun así señorial, turistas de dentro y fuera de Egipto, cincuenta mil habitantes y mucho, pero mucho calor en mayo.

Lo más impresionante que he visitado allí es la llamada “Montaña de los muertos”, que es un montículo natural todo excavado con túneles, lleno de tumbas faraónicas y que sin ser una pirámide alberga pinturas con restos arqueológicos bastante desconocidos, en medio de la nada.

Allí ha sido donde he conocido a Nut, la Diosa del cielo. Su cabeza siempre mira al este y sus pies se encuentran en el oeste. Cuida de las estrellas creando un halo protector sobre las personas. En el antiguo Egipto se solía representar curvada, con su cuerpo como si fuera un puente que todo lo albergara bajo ella. Pero en ese túnel que visité en la montaña, como su imagen estaba pintada en una cavidad curva, parecía alargado.

Facebook me han censurado la foto de ella que he publicado en el Grupo del Gran Museo Egipcio, al parecer porque da la impresión de ser un desnudo… espero que Blogspot no me censure también y raquelicayni pueda contar con la protección de Nut, para que cuide mis letras.

10 años, hasta luego raquelicayni

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Lago Jabi, Abuya

...

Actualmente me encuentro en Abuya, Nigeria, desde donde tengo mucho que contar. Y seguiré haciéndolo.

Este blog que comenzó en Ecuador, cumple hoy una década, y es el momento de decirle hasta luego.

No es una despedida triste, es simplemente una fase más de la vida. Me encanta escribir, pero de ahora en adelante quisiera canalizarlo por otros medios: mi diario, conversaciones escritas, un posible libro cuando la vida me lo permita…

Y así lo que cuente será más íntimo, más personal. Ese es el cambio que busco por un tiempo: canalizar mis energías hacia el día a día, familia, trabajo, gente querida y autocuidado. Y compartir el amor que siento por los países que me acogen y por las letras.

No voy a cerrar raquelicayni, siempre quedará en línea, hasta que por el motivo que sea deje de estarlo, pero no lo voy a eliminar.

También siento que el motivo de abrir esta página siempre estará ahí, al igual que la esencia no se pierde con el paso del tiempo. Las ansias por compartir siguen dentro, las sensaciones que me genera cada contexto en el que vivo siguen a flor de piel. Pero quizá simplemente no quiero obligarme a publicar en un blog sólo por no abandonarlo.

Como digo, hay fases en la vida. Hay cosas bellas que quedan por siempre. Y lo compartido en este blog quedará en las redes, hasta que quizá en algún momento, o puede ser que no, decida retomarlo.

Sigo y siempre seguiré siendo raquelicayni. Mi correo electrónico es raquelicayni@gmail.com, por favor escribidme y os pasaré mi teléfono.

¡Salud! ¡Por la vida!

Raquel






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